"Amor de amores. - Parte I."

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Entonces el joven azabache se despidió de su pequeña mascota, le sonrió a los anonadados muchachos y luego, sólo se marchó.

El minino naranja se acomodó en los brazos del pelirrojo, donde su dueño lo había dejado, pero al no recibir la atención solicitada maullo una y maullo dos veces despertando por fin a los dos locos del baloncesto, en un tris.

-¿Y ahora que hacemos Bakagami?

-Que más Ahomine, cuidar a esta cosita. - acarició al felino en sus brazos. -¿Que tan difícil puede ser? - Aomine se rasco la nuca ante tal respuesta, él siempre considero que era más "de perros" pero, ese gatito se veía lindo.

¿O era Kagami el que se veía lindo con ese gatito?

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Estaba a una calle de su hogar cuando su teléfono sonó, sonrió al ver quién llamaba.

-Takao-kun. - saludaron desde el otro lado del auricular. -¿Como te fue?

-Muy bien Kuroko. - río al recordar las caras de sus amigos antes de abandonar su hogar. -Sólo que les deje a mi mini-mi y no a Nekorima, como querías.

-Oh, me parece bien. - respondió simple. -Creo que con Nekorima-kun hubiera sido más difícil.

-No estoy tan seguro. - pensó para sí mismo el de mirada gris.

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Sólo en su casa, Nekorima se percató de cuánto le hacía falta. Tal vez no pueda maullarselo de frente, pero al gatito naranja lo quería realmente.

Escucho la puerta delantera abrirse, y como si no quisiera se dirigió presuroso a ver quien era. Grande fue su sorpresa al ver pronto a su muchacho, pero terrible decepción al no ver entre sus brazos a su gatito amado.

-¿Donde lo dejaste? - aunque lo mismo pensaba, el que cuestionó fue el megane con quien lo comparaban.

-¡Ay, Shin-chan! - hizo una mueca de tristeza bien falsa. -No querías a mi mini-mi, así que no me preguntes. - dramatizo su llanto pero los tsunderes presentes por estar preocupados, ni lo notaron.

-¡No te dije que te deshicieras de él-nanodayo! - le reclamó el mayor, no quería pensar que ese animalito se quedaría sin hogar por su causa.

El maullido lastimero, y en tono de protesta se escuchó en la casa, Takao miro con ternura a Nekorima. Dirá que no el mayor, pero si que se le parecía, ahora resultaba que extrañaban la compañía de su yo naranja.

-En la noche estará aquí. - respondió con gracia, ganándose una mala mirada en dos escalas.

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La pequeña bola naranja parecía conocer donde andaba, ya que encontró cada escondite de los muchachos de casa.

Cuando Aomine lo buscaba en la habitación, trocitos de revista lograron distraerlo. Su edición especial de Mai-chan yacía en el suelo, los gloriosos pechos de la modelo estaban arañados y apenas lograban mantenerse enteros.

Salió fúrico del cuarto, pero ante él estaba su pelirrojo encantado y aunque al moreno casi le da un infarto por el agravio a su persona, la verdad es que no pudo enfadarse con el gato. Prefería mil veces la sonrisa de su novio que a la modelo en papel impreso.

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Kagami creía que tal vez el gatito tuviera el ojo de halcón como su dueño, ya que cuando creían atraparlo, este ya estaba en otro lado contento.

Por ello decidió usar una de las armas eficaces de Takao, el peluche verde que siempre lograba atraer la atención del minino y efectivamente, ahora jugaban frente a un moreno atento.

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Midorima se encontraba de nueva cuenta, solo en casa ajena. Sentado, a lado de un gato que no dejaba de mirarlo, ya que no se agradaban ni un tanto y sólo convivían por la única persona que tenían en común.

-¡Shin-chan! - lo había mirado aquel con cara de espanto. -Tengo que irme, hay que atrapar a dos gatos antes de que se hagan daño.

Tomó su mochila y galletas, le dio un beso brusco, se dirigió a la puerta veloz y ante el maullido de un Nekorima a sus pies, le suplicó. -No lo dejes sólo Shin-chan, se ve bien portado pero es muy pillo. Tú lo entiendes. - le guiño un ojo pícaro.

Y antes siquiera de reclamar ese descaro o desistir de la encomienda, el azabache alegre que gustaba de los peliverdes tsunderes, se había marchado.

Los dos presentes en esa sala eran el claro ejemplo, de esa descripción dada. El muchacho, novio actual del Kazunari, era su compañero de escuela, equipo y de tardes fogosas en la habitación que estuviera más cercana a ellos.

Un año tardó para que Midorima reconociera, sin esconder la mirada de la del menor, que lo amaba; en cambio, sólo unas semanas pasaron para que el minino esmeralda dejará de forcejear cuando su salvador lo abrazaba.

Nekorima de cola mapache, había sido sacado de una lodosa zanja por aquel azabache. Es cierto que era empalagoso e irritante, pero no lo había pasado de largo como toda la gente en esa calle.

Aunque todavía tenía recelo a su nueva vida, a los modos del chico y al amargado novio que este tenía, comprobó que podía confiar en que todo era sincero, cuando un día llegó sin más con un anaranjado de patas cortas a su lado y sin ser regañado por su escapada, dejaron a su nuevo compañero de vida quedarse en casa.

Justamente por ese gato, comenzó a maullar desesperado, causando que el peliverde humano lo viera con los ojos entrecerrados. -Tch, ahora te doy tu comida.

Lo había logrado y sin dudarlo, se salió por la ventana a buscarlo.

-Aquí tienes. - salió después de unos segundos de la cocina el Midorima con el almuerzo felino. -¿Donde te metiste-nanodayo? - lo buscó sin hallarlo, y la brisa de la ventana, lo hizo soltar el plato. -¡Maldición!

Salió veloz, con la sudadera lila de su hermana atada a su cintura, su lucky ítem tenía que ser de ayuda, ya que tenía que encontrar a ese mentecato felino y todo por su amado.

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-suspiro- como leerán, este fue el capítulo más largo hasta ahora, no es que tenga problema con ello pero no quiero volverlo tedioso para ustedes. Por ello he dividido esta parte de la historia...

Aunque hubo su AoKaga, no pude evitar emocionarme al escribir del Nekorima y el Midorima xD

Al menos, ustedes saben que Nekotakao esta bien, ojalá le hubieran dicho al gatito tsudere y con complejo de príncipe, que va a su rescate(?) y, hablando de rescates...

¿A donde habrá ido Takao con tanta prisa? Bueno, ya lo sabrán la siguiente vez.

Sigan leyendo, votando y comentando, esto en especial me emociona mucho. :')

¡Ah! En los comentarios anteriores hubo amor al KiKasa y también al AkaKuro. También me pidieron leer a Haizaki, eso inspira para escribir travesuras... Si tienen más ideas, me dicen.

¡Nos leemos!

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