Décimo sexto recuerdo

50 10 0
                                    


30 de enero de 1998

Kazhter...

He dejado de dormir, continuamente me levanto en medio de la oscuridad y mis ansias quieren que salga a buscar. No lo hago, me freno e intento controlarme. Ha sido así por un largo periodo y esta carta la escribo en medio de mi habitación y a la luz de una vela, no me gusta la electricidad.

Sí, Kazhter... Vivo en donde existe la luz y los automóviles, en donde los momentos se fotografían o se graban en video; los humanos no saben que el mejor lugar para mantener vivo el pasado es la mente, que si es así entonces nunca se envejecerá. Nunca escribí sobre esto, hoy es una buena oportunidad.

Después de que fuiste apresado, enjuiciado y finalmente condenado, a mí me exiliaron, tu familia me repudió y regresé al mundo de los humanos. No los culpo, y no los culpes, ellos no saben nada, lo que pasó esa noche solo lo conocen nuestras almas.

Mi madre lloró y mi padre no se dignó a verme, desde un inicio ellos estuvieron en contra de lo que nosotros tuvimos, del sonido uniforme de nuestros corazones y de nuestras respiraciones agitadas en la oscuridad y a distancia de todos, crucé el portal y me encontré en un basurero... Fue duro pero supe reponerme, tenía algo de magia en mi interior y de ella me valí para hacerme de una casa y de algo que valoran mucho los humanos: el dinero. Confieso que es muy útil aunque sea solo papel, pero cambiaría todos los dígitos en mi cuenta bancaria por un solo día contigo... No, por un solo momento a tu lado. Resulta estúpido si se toma en cuenta que esos dígitos no me costaron nada, sería cambiar nada por todo... Y nadie hace eso.

Kazhter, el miedo a fracasar me impide dormir.

Dame una señal, vuelve a mi lado y permíteme reposar junto a ti.

Un somnoliento Zhyt

Vidas SesgadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora