15 de agosto de 2015
Asderel:
Mi pequeña y dulce hermana, desde hace tiempo he estado escribiéndote aunque nunca te lleguen las cartas, hace años vi a Zhyt hacerlo y cuando lo cuestioné dijo que era una forma de no olvidarte, sin embargo, si te soy sincera, dudo mucho que él un día pueda olvidarte. Te tiene grabada en su corazón y mente, en ocasiones sigue sorprendiéndome la devoción con la que te escribe, el amor con el que te mira, y las palabras con las que te describe. Es un amor que estoy segura rebasaría sin grandes dificultades las barreras del tiempo y de las condiciones sociales, pero no las leyes mágicas; admitiré que en un principio su relación me resultó extraña, pero al ver que ambos tenían tatuada una sonrisa en sus ojos yo no pude resistirme más.
Hoy hemos pasado inadvertidos frente a tu escuela, es enorme y yo sigo intentando comprender el motivo por el que los obligan a asistir a un lugar como ese, presencié un día todo lo que hiciste y no te enseñan nada útil... ¿Cómo vas a poder alimentarte si no te enseñan a cazar? ¿Cómo vas a aprender lo que es mandar cuando te educan para ser subordinada? ¿Cómo vas a desarrollar tus habilidades si lo que te enseñan aniquila lo que en realidad eres?
Y también te hemos visto con ese muchacho... Zhyt sonrió, pero las ventanas del alma decían que lloraba, sus lágrimas caían cuesta abajo sin que yo pudiera detenerlas, quise consolarlo y decirle que era solo una fase, pero él ha sido fuerte y aceptó que en algún momento tú encontrarías a alguien y lo querrías sin que él pudiera hacer nada. Creo que he escuchado su corazón gritar de desconsuelo, ninguno pudo contemplar más y te dejamos en intimidad.
Asderel, ojalá pudieras recordar, no solo por Zhyt, sino también por mí; yo merezco entender lo que sucedió aquella noche, él no quiere contármelo y dice que tú se lo pediste. ¡No es justo, Asderel! ¿Por qué sus ropas estaban bañadas del carmín vital? ¿Por qué no suplicaste clemencia? Siento que nunca podré entender lo que ocurrió, Zhyt no hablará y tú lo has olvidado.
Estoy perdida.
Te quiere Ihmar
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Vidas Sesgadas
ContoUna injusticia cometida. Una búsqueda tan infinita como tortuosa. Y un amor abrasador. Zhyt es un mestizo condenado al exilio que lleva consigo cadenas de culpa que le impiden vivir. En un mundo en donde todo le resulta extraño intentará buscar l...