Vigésimo primer recuerdo

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1 de enero del 2000

Hoy es año nuevo, hace unas horas se ha completado un ciclo para empezar otro... Nuestro ciclo ya debió de iniciar, ¿no crees?

Afuera nieva, afuera caen copos tan suavemente que apenas logro percibir el sonido que hacen al tocar el piso.

¿Recuerdas aquella mañana fría en la que nos besamos por primera vez? Tus labios eran suaves y llenos de dulzura, fríos por el clima y con los míos elevamos su temperatura. Al terminar sonreímos sin temor alguno, sin vergüenza, porque lo nuestro era verdadero y puro. Entre tímidos roces y suave humedad mutuamente intentamos decirnos muchas cosas, que en voz alta, causaban cobardía en ambos. Éramos tan inocentes y atrevidos al mismo tiempo, crecimos juntos y con forme el tiempo corría a nuestro lado, nuestros sentimientos comenzaron a tomar su forma verdadera, éramos ingenuos y de forma estúpida seguros... Creo que eso causó que viviéramos los momentos juntos con mayor plenitud.

Fue un sentimiento sublime el que experimenté al conectarme contigo de esa manera, fue mejor que el rojo que tanto nos gustaba. ¡Fue sensacional! Tus mejillas encendidas me revelaron que para ti significó lo mismo que para éste pobre longevo.

Yo no podía respirar por la felicidad que vivía.

Zhyt

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