El orfanato

11. Un túnel y dos sombras

11. Un túnel y dos sombras

—¡¡Espera!! —Nerea soltó un grito desgarrador, como si hubiera visto un fantasma. Julia se detuvo, y vio como se acercaba a ella rápidamente. 

—No hace falta que llamemos, ¿ves ese túnel? podríamos entrar, parece que lleva a la cabaña. —Julia palideció ante la idea de Nerea. Aquella no era la chica miedosa de hacía dos semanas. Había cambiado, ante su sorpresa. 

—No es mala idea, voy yo. —Contestó Julia aún pálida.

—No. Julia, quiero ir yo. Si no te importa, claro. —Julia no daba crédito a lo que oía. ¿De verdad iba a adentrarse en aquella cabaña ella sola? 

          Pero Nerea no dio más explicaciones, se agachó y entró en aquel túnel. No tenía linternas, así que debía ir palpando todo a su alrededor. De repente divisó una luz tenue, y fue avanzando hasta ella, hasta que se encontró en una cabaña muy rústica con cervezas en el suelo y un hombre dormido en el sofá. Sintió pánico, así que rápidamente abrió la puerta a Julia, quien la esperaba a fuera. 

—Entra con cuidado, hay un hombre durmiendo. —Dijo Nerea con un hilo de voz. 

             Y así lo hizo, entró con mucha cautela, ante la mirada atenta de Nerea. Y las dos comenzaron a abrir cajones con el corazón en un puño. Estaban allanando una morada, y las dos eran conscientes de ello.