- ¿Co...como lo sabes? - pregunté nerviosa y también un poco asustada. Su labio se curvo con diversión y arreglo su cabello pasándose una mano por esté.- Muchas chicas y hombres vienen aquí porque lo son, pero tu has sido la única que me ha dicho que le tiene miedo a que la toquen.
- ¿Muchas personas aún con veinticinco años son virgen?
- Con mucho más - contestó sonriendo - No le veo completamente el problema al ser virgen. Muchas personas dicen esperar al indicado ¿Tú no?
- Pues, hasta que tenía dieciocho, si, pero luego... cuando iba pisando los veintidos y sabía que nada pasaría y el indicado jamás llegaría, me iba a la casa de cualquiera que conociera en un bar.
- ¿Llevas tres años haciendo lo mismo, y aún lo eres? - preguntó sorprendido. Asentí bajando la cabeza y jugando con mis dedos. Era patética. La situación era patética. Yo era patética.
Su mano se posó en mi rodilla con delicadeza. Di un pequeño salto apartándome, cayendo al suelo inmediatamente. Escuche su gran carcajada y me ruborize por completo apoyándome en el pequeño sillón en el cual estaba segundos antes, parandome.
- ¿Por..qué hicis..te eso? - pregunté tranquilizando mi agitada respiración.
- Es parte del procedimiento - contesto controlando su risa.
- ¿Parte del procedimiento es violarme?
- ¿Qué? Yo no iba a violarte ______, solo quería ver tu reacción ante las caricias de los hombres.
- Ya lo comprobaste - dije con la barbilla en alto, sentándome nuevamente y arreglando los pequeños cabellos que se habían escapado de mi coleta.
- Pues sí - contesto divertido. Tomo nuevamente su cuadernillo - Ya sé que me dijiste que no querías que escribiera, pero no lo haré, solo revisaré una cosa.
Asentí viéndolo posar su mirada en el cuaderno y pasar hojas y hojas rápidamente. Nuevamente me dedique a observar la habitación. Y me sentí una tonta. ¿Por qué mierda había actuado así? Cuando él posó su mano sobre mi rodilla, una extraña corriente recorrio todo mi cuerpo asustándome aun más.
- ¡Aquí esta! - dijo contento, llamando mi atención.
- ¿Qué?- Esto es aburrido y hace muchísimo que no lo receto, pero tendrás que hacerlo quieras o no.
- No me digas, me harás leer un libro títulado, "sexo para idiotas".
- Justamente - contesto sonriendo. Mi rostro se puso pálido y lo mire incrédula.
- ¿Estás bromeando, no es así?
- No, no estoy bromeando, esto solamente sera... la primera parte, leeras algunos artículos que vienen allí y luego, me los dirás. Luego, haré un seguimiento.
- ¿Un seguimiento?
- Si, saldrás a un club, conoceras a un chico e irás con él a su casa. Practicaras absolutamente todo lo que viene en el libro.
- ¿Practicar con él?
- Por supuesto - contesto irónico - Todo lo que yo te diga que hagas con él, lo harás... absolutamente todo.
- Pero, dijiste, seguimiento ¿me estaras espiando toda la jodida noche? - se encogió de hombros cerrando el cuaderno.
- Estar siguiéndote, toda la noche, hum, no, pero algo parecido. No te lo diré, así que no insistas - curve mi espalda y solo asentí, aceptando. Si quería dejar de ser virgen ya, debía hacer cualquier cosa que él quisiera.
- Pero ¿qué pasa si no puedo? ¿Y me asusto cuando él me toque?
- Estaré investigando que hacer al respecto, por eso haremos una pequeña prueba - sonrió y solo asentí. Él se levantó, buscando algo en su pequeña biblioteca. Un libro delgado y de color negro con amarillo cayó en sus manos.
Camino hacia mí, poniendo el pequeño libro entre mis manos. Lo miré con disgusto mientras lo movía de un lado a otro examinándolo. Fije mi vista en el estúpido título y tal y como había adivinado, su nombre era: "Sexo para dummies".
- ¿No podía llamarse, "Sexo para inexpertos"? ¿Debía ser para "dummies"?
- Yo no escribí el libro. Ni le puse el título ¿no lo habras leído antes?
- ¿Te estas burlando de mí? - pregunté seria. Él negó sonriendo mientras arrebataba el libro y marcaba una página con sus dedos.
- Leerás desde esta página hasta... sexo oral.
- ¡Yo no quiero sexo oral!
- Solo lo leerás. Luego veremos si estaras lista para practicar algo así.
Miró nuevamente su reloj de muñeca y camino hacia la puerta, la cual había sido tocada por su secretaria. Me levante seguida de él y mire como Taeyeon se asomaba por el pequeño espacio que quedaba entre la puerta.
- Debo atender otro paciente. Espero que lo leas, te citaré hasta este próximo viernes, intenta no salir a ninguna parte y por favor, no coquetear con ningún chico en algún café, tienda u otra cosa por el estilo.
- Claro. No saldre a ninguna parte. Hasta pronto.
- Hasta pronto - se despidió y salí a la sala de espera tomando la mano de Taeyeon y saliendo rápidamente de allí. Puse el libro entre sus manos y soltó una gran carcajada apoyándose en la parte delantera del auto para no perder el equilibrio.
ESTÁS LEYENDO
MI SEXOLOGO - Park Jimin y Tu
FanfictionSu mala experiencia sexual le hace tomar medidas desesperadas; pedirle consejos a su mejor amiga quien le recomienda visitar a Park Jimin, un famoso sexólogo. Él realmente esta interesado por el problema de _______ y decide ayudarla dandóle consejos...