CAPITULO 10: ¿Quién es él?

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Su mirada esta fijamente en mi, él abre la boca y la cierra inmediatamente y se pasa una mano por el cabello.

- ¿Qué es exactamente eso que marco tu vida? - pregunta susurrando, lento, con calma. Suspiró y me encojo de hombros.

- No lo sé - respondo, en un murmuro ahogado - Ni siquiera se porque lo dije.

- Alguna cosa debe haber tras esas palabras ¿no?

- No lo se - repetí - Quizá lo hay, pero no lo recuerdo.

- ¿Puede ser que hayas sido violada? - pregunta, y mis ojos se abren al igual que mi boca, de asombro.

- ¿Qué?

- La mayoría de las personas luego de ser violadas o tocadas contra su voluntad, presentan una fobia llamada Afenfosfobia, lo cual significa, practicamente, tu problema.

- Yo no he sido violada - chasque indignada - Si fuera así, ¿no crees que lo recordaría y ya no seria virgen?

- La violación no quiere decir solamente actividad sexual como la conocemos comunmente, puede ser, como te dije antes, ser tocada contra tu voluntad.

Tocada contra tu voluntad. Sus palabras hicieron un eco en mi cabeza. Nuevamente ráfagas de recuerdos pasaron velozmente por mi mente. Gritos. Golpes. El suelo frío. La oscura habitación. La sonrisa de mi madre. Mi padre mirándome con los ojos llorosos. Mamá riendo junto a Daniel. Sollozos de un hombre. La sirena de policia. La sensación de que todo estaba bien.

Sollocé llevándome una mano a la boca y luego a mi vientre. Daniel. Su nombre resono en mi cabeza la cual comenzo a dar vueltas. Necesitaba aire, necesitaba aire rápidamente.

Jimin se acercó a mi asustado y confundido, su mano toco la mía y aquel tacto me calmo. No salte, no me asuste, fue un tacto dulce que hizo que me sintiera bien.

- ¿Qué pasa? - preguntó alarmado.

- Daniel - susurre asustada - Daniel - repetí sollozando incontrolablemente.

- ¿Quién es él, ____? ¿Quién es Daniel?

- Mamá - lloré como una niña asustada - Ni dejes que me toque, mamá.

Murmure sin poder controlar. La blanca habitación dejo de tener vida, las paredes se tiñeron de un color gris. La humedad y el frío me invadieron. El doctor Park desapareció. Todo desaparecio.

Mamá gritaba desde el piso de abajo, un golpe en su mejilla, tan fuerte que me hizo estremecer. La risa ahogada de Daniel disfrutando su dolor. El placer de hacerla sufrir, el placer de verla retorcer bajo él.

- ¡No! - su aguda voz en un grito retumbo en mis oídos - No le hagas nada, no a ella Daniel, por favor, no a ella - suplicó sollozando. Él rió nuevamente y sus pasos se sintieron en la escalera.

Mi respiración se volvió densa. Corrí a un lado de mi cama, escondiéndome allí, como lo solía hacer. La puerta se abrió lentamente. Pude ver su silueta a través de la oscuridad. Su mano secando el sudor de su frente, despeinando su cabello mientras observaba la habitación buscando alguna cosa. Me encogí aún mas y aguante la respiración, asustada de que él la pudiera escuchar y encontrarme.

- ¡Daniel! No, Daniel - mi madre toció, atragantándose con lo que podía ser su sangre - Ven aquí y termina lo que comenzaste conmigo, por favor Daniel, no le hagas nada.

Grité cuando sentí sus manos jalar mi cabello peinado en dos perfectas coletas a cada lado de mi cabeza. El pequeño oso de peluche calló al suelo, bajó mis pies.

Sus manos acariciaron mi cara, su sonrisa me hizo estremeder.

- Oh, ______, mi dulce _______ - susurro besando mi cuello - Pequeña y hermosa _________.

Sus caricias me hicieron pegar un pequeño brinco, grité, tratando de soltarme de sus brazos descontroladamente. Un gemido de dolor se escuchó fuera de la habitación. Sus manos, frías acariciaron mis piernas descubiertas. Sollocé una vez más moviéndome desesperada.

- No, Daniel - susurre entrecortadamente, pronto, la luz reflejo en las paredes blancas, abrí los ojos y miré a mi lado, Jimin estaba allí, mirándome confundido.

- ¿Quién es Daniel, ___________?

Alguien que marcó mi vida, alguien, que no quería recordar.

MI SEXOLOGO - Park Jimin y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora