CAPITULO 24: Caja misteriosa

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Una vez dentro del edificio, subí las escaleras hasta mi departamento, pero delante de mi puerta había una caja. Observe a mis alrededores por si aun seguía ahí la persona que me entrego esta caja, pero no había nadie. Ladee mi cabeza de un lado a otro inspeccionando la misteriosa caja.

Al tomarla entre mis manos la observe atentamente, era blanca, sin ninguna inscripción o tarjeta, solamente estaba atada con un gran lazo negro.

No era buena idea abrir una caja misteriosa y desconocida para mí y que ademas no tenia ninguna descripción de quien la enviaba o si realmente era para mí. Pero mi curiosidad por saber que había era tan grande que me pedía a gritos saber que había dentro.

Así que entre dentro de mi apartamento, y lo deje sobre la mesa. Entonces empece a deshacer el lazo y seguidamente fui levantando la tapa, rápidamente, encontrándome con una lencería femenina de encaje de color rojo y no solamente eso, sino que ademas habían diferentes complementos como esposas, ligas, cordeles, algunas cosas que no sé ni para que servían, y finalmente un gran látigo.

En el fondo de la caja se hallaba una pequeña nota que decía:

"Necesitaras todo esto, te espero este miércoles en mi apartamento, tenemos mucho que practicar.

PD: Espero que te siente bien la lencería, no sabía que talla eras.

Att: Park Jimin"

Jimin esta completamente loco si piensa que voy a usar todo esto, quizá la lencería si, era bonita y me encantaba, pero...

¿Para que iba a necesitar yo un látigo?

El simple hecho de pensar en aquel látigo me ponía los pelos de punta. Yo no quería ser una salvaje e insensible persona en la cama. Yo quería disfrutar del hombre que me acompañaba y solamente utilizar como tortura nuestros besos y el movimiento que nuestros cuerpos harían al chocar entre si.

Tome las esposas y hice una mueca de disgusto, definitivamente estaba loco. Las lance sin mirar en donde caían y seguidamente tome las ligas, eran lindas pero no tenía ni idea de para que me servirían y las lancé en algún lado de mi habitación como hice con las esposas.

Por ultimo cogí la lencería y me la probé por encima de la ropa, y fui a mirarme en el reflejo de mi espejo, sin duda alguna era de mi talla. Pero después se me vino a a mente como Jimin consiguió saber mi talla exacta,¿será que ya lo había hecho mas veces con otras mujeres o simplemente me observo y lo hizo por intuición?

Bueno eso ultimo no creo, él solo se limitaba a habar y hablar de forma profesional, y pocas veces me miraba.

Pero aun seguía sin entender por que me había enviado aquella caja, así que decidí llamarlo. Tome mi teléfono de la mesita de noche y llamé a su consultorio.

- ¿Si? - dijo una voz chillona.

- Hola soy ______. Paciente de allí, se que lo que le voy a pedir no es lo más adecuado pero, necesito hablar con Jimin por favor.

- El doctor Park, querrá decir - me corrigió, rodé los ojos, fastidiada.

- Necesito hablar con el doctor Park - dije remarcando la ultima frase y ella hizo un sonido de aprobación.

- Claro, ahora se lo paso.

La línea de espera sonó un par de veces y luego pude oír su teléfono cogiendo la llamada, entonces en ese momento oí su sensual voz diciendo mi nombre, y un escalofrío recorrió toda mi médula espinal.

- _________ - repitió y volví a a realidad.

- Aquí estoy - respondí y golpee mi mano contra mi frente por haber dicho aquella absurda respuesta.

- Lo sé - rio y yo solo sonreí nerviosa - ¿Que sucede?

- Pues...veras...apareció una misteriosa caja delante de mi puerta, y...no tenía nada que me dijera de quien era y cuando lo abrí... - suspire, me era difícil decirlo - tenia unas cositas dentro... - dije avergonzada por lo ultimo que había dicho.

Escuche una gran carcajada a través del teléfono y espere algo molesta a que él acabara de reír.

- _______, esas "cositas" son cosas usadas a la hora del sexo, no es nada del otro mundo.

- Lo sé, pero solo te quería decir que ni siquiera te atrevas a pensar que usare eso.

- ¿Por qué no? - dijo serio.

- Porque no, no quiero ser una maniática del sexo, ni torturar a un hombre con esas cosas o algo por el estilo - dije y él rió una vez más.

- No es tortura, es placer. Ademas a muchos chicos les gusta jugar rudo, la vida sexual a veces se vuelve monotoma y es bueno cambiar algunas veces, experimentar cosas nuevas sabes.

- ¿Sabes que soy virgen no? Osea ni siquiera lo he hecho normal y ya me dices que tengo que usar todo esto.

- Si que lo recuerdo _______, pero no te estoy diciendo que lo uses inmediatamente, solo es para que vayas familiarizando.

- ¿Y la lencería? ¿También es para que me familiarice?

- No, eso no, eso es para que lo utilices este miércoles - dijo con voz un poco ronca.

- ¿Para qué? - pregunte.

- Solo póntela, ¿si? Eso ya lo veremos el día que nos debamos juntar.

- Pero...

- Tengo cosas que hacer, ya nos veremos, adiós - cortó.

Él había olvidado un pequeño detalle.

Que yo no tenía ni idea en donde vivía.




MI SEXOLOGO - Park Jimin y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora