CAPITULO 18: Beso

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Mis manos anhelaban tocar su cuerpo, pero mi conciencia me decía que aquello era imposible.

- Creo que sera mejor que dejemos esto para otro día - dije avergonzada y con miedo a que si cometiese algún fallo él ya no quisiera seguir ayudándome.

- ¿Estas segura?

No, quiero seguir con esto pero temo enamorarme de ti... - es lo que me decía en mi interior.

- Si... - dije en un susurro con la cabeza agachada.

- ______, mírame a los ojos, ¿estas segura? - lo mire a los ojos tal como me pidió, pero al verlos no pude evitar sentirme mal.

- Me tengo que ir, Taeyeon me debe de estar esperando - dije con tal de salir de ahí.

- ______ no me mientas, solo quiero saber por que me evitas ahora, es que acaso cuando te toque sentiste repulsión, o te recordé a Daniel y ahora no quieres saber de mi, ¿es eso? - dijo con algo de tristeza por mi cambio de actitud hacia él.

- No... pero creo que fue suficiente por hoy, no quiero seguir con esto - dije acercándome a la puerta para poder marcharme.

- ¡______, espera! - dice cogiéndome del brazo - Solo dime que es lo que ocurre, ¿te he hecho algo?

Y los segundos iban pasando, estábamos frente a frente, mis ojos no podían evitar mirar sus labios, sentía la desesperada necesidad de inclinarme y probarlos. Pero...¿Que sucedería si yo tenia aquel atrevimiento?

La relación que teníamos cambiaría radicalmente, y yo no tendría el valor para volver a verlo a los ojos o para estar cerca de él como si nada hubiese sucedido.

Pero recordé las palabras de mi madre: "Si vas a hacer algo que esta mal, hazlo bien. Y no pienses, solo actúa". Así que inhale fuertemente y fui acercándome cada vez mas a su rostro, hasta que finalmente toque sus labios con los míos.

Se que después de esto no tendría el valor de mirarlo a los ojos, pero de algo que estaba segura es de que no me arrepentía de haberlo besado, al menos tendría el orgullo de decir: Lo hice, bese a mi sexy y ardiente sexologo llamado Park Jimin, y aquel beso fue una de las mejores sensaciones del mundo entero.

Luego habría tiempo de arrepentirse, pero ahora solo quería disfrutar de la sensación de aquel maravilloso beso. Al menos lo que durase.

Narra Jimin 7w7

La suavidad con la que sus labios se movían contra los míos me estaba volviendo completamente loco. No pude evitar gemir cuando sentí como su lengua acariciaba la mía y sus labios pedían permiso en cada movimiento.

Me sorprendió que ambos pensáramos lo mismo. En un principio me estaba discutiendo mentalmente si seguir el beso o no. Pero al sentir que fue ella quien tomo el mando, no hice nada mas que hundirme en su boca y probar su adictivo y dulce sabor.

Aunque sabia que esto estaba mal, mi otro yo decía lo contrario.

Yo era su sexólogo y ella era mi paciente. Nada podía pasar entre nosotros. Ni siquiera un par de besos o tocarnos las manos por equivocación.

La carne era débil y más la de los hombres; y si seguíamos con esto, no podría detenerme y le haría más daño que cualquier otro hombre.

Así que la separe de mi y la mire a los ojos. En su mirada pude ver miedo, miedo a que me arrepintiera de aquel beso. Pero las cosas debían ser así, esto jamas debió haber pasado. Sus ojos me miraron una vez mas suplicando.

- No te arrepientas - dijo tristemente en un susurro. Tragué fuerte, y puse mis manos en sus hombros para tranquilizarla.

- Sabes que esto no tuvo que haber pasado - murmuré a centímetros de sus labios, los cuales en estos momentos hacían que deseara volver a besarlos. Ella suspiró, y fue alejándose lentamente.

Pero se lo impedí, volviéndola a atraer hacia mi.

- Lose... pero tenia muchas ganas de hacerlo.

- Yo también - admití - Pero entre nosotros no puede ocurrir absolutamente nada y lo sabes muy bien.

- ¿Que hay de malo en un par de besos? - preguntó inocentemente, y reí suspirando, para luego atraerla hacia mi entre mis brazos y cerrando los ojos al sentir sus brazos rodearme el cuello.

- Mucho - respondí.

Fui inclinándome lentamente, siendo ahora yo quien besaba sus labios, como si no hubiese mañana.

Sonreí al sentir como su cuerpo se contraía de la impresión y seguí moviendo mis labios contra los suyos, sintiendo su dulce sabor.

Luego habría tiempo de arrepentirse, ahora solo era momento de disfrutar.




MI SEXOLOGO - Park Jimin y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora