Me siento como una luciérnaga

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Un barra de pan se me estampó en la cara. Eran las siete de la mañana y mi hermano me estaba dando los buenos días a su manera.
Me tiré de la cama y me arrastré hasta la cocina donde mi madre me tiró el desayuno al suelo y pude comérmelo. Luego me preparé para ir a clase y salí de casa.
A primera hora parecía que me tocaba matemáticas, pero como llegué tarde me mandaron a la biblioteca, pero no me apetecía ir así que decidí coger un carrito de limpieza y pasearme por los pasillos, hasta que me estampé contra una puerta y entré sin querer en una clase de música, así que acabé en el despacho del director.
Cuando me dejaron salir de ahí me tocaba tecnología, así que me fuí a la clase. El resto de las clases pasaron sin mayor problema, hasta que llegó la hora de irnos a clase y entonces lo olí. Era el maravilloso olor de el chico misterioso, así que empecé a correr hacia él, pero una chica se metió en medio de mi camino y tuve que acompañarle a la enfermería ya que se había caído por las escaleras y supuestamente era por mi culpa...
Volví muy enfadada a mi casa ya que había perdido media hora con lo de la chica y me puse a ver un documental de la uno como chica lista que soy, bueno en realidad estaba viendo mis series...
Cuando llegaron mis padres de trabajar y me vieron tirada en el suelo me hicieron ponerme a estudiar, pero como no habíamos hecho nada en clase, vamos, que yo me hubiera enterado, empecé a planificar como encontrar al chico misterioso.
Cuando estaba en medio de un sueño en el que me convertía en una lechuga silvestre escuché unos golpes en la ventana, me levanté y ví a mi amiga la Sullivan.

Living La Vida OrcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora