Patrick arrojó el sobre en el asiento delantero de su Ford Mustang negro y sonriendo pisó el acelerador. Soltó una carcajada al recordar los gestos del hombre de las fotos. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que estuvo de tan buen humor. Hasta su secretaria preguntó si estaba bien porque se veía radiante.
Misma observación que hizo su amiga Linda Evans cuando se reunieron para almorzar.
―¿Seguro que estás bien? ―preguntó por décima vez.
―Sí. Estoy bien.
―No me convences. No me digas que... ¿volviste con Elton?
―¡No! ¿Cómo se te ocurre que voy a volver con ese idiota?
―¿Entonces quién es? No me engañas, tienes ese brillo en los ojitos...
―No es nadie, Linda. Tuve un buen día. Esta mañana Sophie dijo su primera palabra. ―Sonrió como el padre orgulloso que era. Además si quería aburrir a Linda, nada mejor que hablarle de las virtudes de la hermosa princesa de siete meses. A Linda no le gustaban los niños, por ahora.
―¡Ah! ¿En serio? ―Un gesto de decepción hizo que Patrick sonriera mucho más.
―Sí, dijo: Paaaaa.
―Patrick, esa no es una palabra, es un balbuceo. Lo dice todo el tiempo. No trates de usar a tu hija como escudo. ―Ella le dirigió una mirada de enojo y después de beber un trago de su margarita sacó una fotografía de su bolso―. Mira: Me lo ha presentado Claudia. ¿Qué dices?
―Pensé que no te iban los barbados. ―Examinó la fotografía, ciertamente era un hombre atractivo y tenía bonitos ojos.
―No es para mí. Es para ti. Me pareció un hombre interesante y es tu tipo. Es abogado, tiene su propio bufete y le va muy bien... ¿Te animarías a intentarlo otra vez?
―No, Linda. La tercera es la vencida y creo que lo dejaré por un tiempo. Voy a centrarme en Sophie. Aún es pequeña y necesita a su papá a tiempo completo. ―La expresión de su rostro cambió. Había tenido tres citas a ciegas y había fallado―. Creo que no es un buen momento, ningún soltero quiere comprometerse con un hombre y una bebé a bordo. Eso debe ser una señal divina, ¿no crees?
―Creo que eres un bobo. Ha pasado más de un año desde lo de Elton y un poco de romance te vendrá bien. Deja a Sophie con la canguro y sal a divertirte. Cumplirás treinta y ocho el próximo mes y quiero que lo celebres con alguien que te haga ver estrellas. Debes superar lo de Elton y seguir tu vida. No puedes consagrarte exclusivamente al cuidado de Sophie, cuando ella se haga mayor y deje el nido ya será muy tarde para que busques el amor.
―Todavía estoy lejos de la fecha de caducidad y estrellas es lo que voy a ver si no convences a la canguro de recogerse esa melena de león con un moño decente. Si no fuera porque es tu recomendada la habría despedido por fea.
―No puedes despedirla por fea. Eso es sexista y legalmente es discriminación. La mujer es graduada en educación preescolar y muy buena cuidando niños. Sophie no puede estar en mejores manos. Hablaré con Teresa, le diré que un hombre de tu estatus no puede tener una niñera mal arreglada. Quizá si le das un uniforme...
―Lo intenté, pero dijo que eso era ponerla al nivel de la mucama. En fin, no quiero hablar de ella, ni de las citas a ciegas.
―Entonces hablemos del hombre que puso esa sonrisota radiante en tu cara. ¿Cómo se llama?
―No existe ese hombre. Cerré una cuenta importante y el negocio sigue creciendo: voy a tener que contratar dos publicistas más para la agencia.
ESTÁS LEYENDO
CAMBIO DE PAÑALES
Short StoryAl final, familia es familia, pero el amor siempre estará ahí Historias cortas sobre padres gay y familias homoparentales. Portada: Agradecimientos a @jorbeilyssequera ******************** ADVERTENCIA: Contenido LGBTI, lenguaje ofensivo, no apto pa...