Josh quería matar al plomero. El hombre le aseguró que llegaría a las dos, pero se presentó a las cuatro. Eran las seis y no había podido ducharse, se supone que debía estar en la casa de Patrick a las siete. Para colmo de males, también quería matar Mark, su ex.
No lo odiaba, la relación acabó en los mejores términos en que puede finalizar una relación que ha dejado de funcionar. Mark viajaba mucho por cuestiones de trabajo y Josh no tenía tiempo para convertirse en trotamundos y ser parte del equipaje de su novio. Siempre fue un hombre independiente y no quería ser una carga para Mark. Sin embargo todavía se encontraban y de vez en cuando tenían algo de sexo sin compromiso si había muchas ganas de por medio.
En ese momento no había ganas. El día iba mal desde que se levantó. La ducha no tenía agua; la vecina de al lado amaneció cantando ópera y amenazaba con dejarlo sin sentido auditivo; el gato del vecino se coló en su apartamento y le arañó los descansabrazos del sillón; el plomero lento que no terminaba de arreglar la tubería y Mark le estaba sonriendo al tiempo que le entregaba la correa de Robin, el pitbull, que ambos criaron cuando eran pareja y que ahora vivía con Mark.
―Surgió algo y tengo que salir de la ciudad.
―¿Por qué no lo dejas con tu novio?
―A Luca no le gustan los perros y a Robin no le gusta Luca, cada que lo encuentra le orina el pantalón. ―Mark vio el sixpack de sodas sobre la mesita de centro y tomó una.
―¡No! ―Josh le quitó la lata y la colocó de nuevo en su lugar.
―¿No? ¡Ja! ¿Tienes una cita?
―Si la tengo no es asunto tuyo. Deja de beberte mis sodas.
―Lo siento. Si hubiera sabido que ibas a tener una cita... Puedo dejar a Robin en la guardería canina por digamos... ¿tres horas?
―Es tu mascota: paga la noche completa. No seas tacaño. Para empezar tener un perro pitbull fue idea tuya, sabes que prefiero los gatos.
―Estás de mal humor. Está bien, pagaré la noche completa, pero recuerda que si no lo recoges puntual a las siete de la mañana tendrás que pagar el sobrecosto. Ahora hablemos de tu cita. ¿Dónde lo conociste?
―En el parque.
―¿Y a qué se dedica?
―Trabaja en publicidad ―dijo lo que Patrick comentó de su vida laboral.
―¿Ya lo hicieron?
―¡Oye! ¡Nunca te pregunto por Luca! ¡No te metas en mis asuntos!
―¡No lo han hecho!―Josh le dirigió una mirada asesina y Mark agitó la mano agarrando la correa del perro―: Recuerda el sobrecosto... Cambia esa cara o espantarás a tu cita. Y cuando regrese quiero detalles sucios.
―Todo arreglado ―dijo el plomero recogiendo las herramientas.
Josh pagó el servicio y miró el reloj, tenía el tiempo justo para ducharse, vestirse, y salir corriendo a la casa de Patrick, que quedaba a unas pocas calles de la suya atravesando el parque.
Miró la dirección varias veces para asegurarse que ese era el vecindario correcto. La casa estaba ubicada en una zona VIP. La entrada tenía su propio buzón y un lindo jardín. Se mordió los labios con algo de ansiedad, pero supuso que un ejecutivo, dedicado a la publicidad podía darse el lujo de mantener una casa como esa.
Patrick estaba en la entrada sosteniendo a Sophie en sus brazos y una mujer bonita estaba entrando en la casa. Josh sonrió y se acercó.
―Hola. Te estaba esperando. ―Patrick se acercó y le dio un beso en la mejilla. Después miró a la mujer que los estaba mirando con el rostro desencajado―: Gina, él es Josh, mi novio, ha venido a pasar el día conmigo. Así que desaparece.
ESTÁS LEYENDO
CAMBIO DE PAÑALES
Short StoryAl final, familia es familia, pero el amor siempre estará ahí Historias cortas sobre padres gay y familias homoparentales. Portada: Agradecimientos a @jorbeilyssequera ******************** ADVERTENCIA: Contenido LGBTI, lenguaje ofensivo, no apto pa...