Capítulo 20: Familia

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Todo era una locura, las enfermeras corrían de un lado a otro. La curiosidad por saber que estaba pasando comenzaba a ganarle al sentido común.

Sentía como la culpa y el miedo se apoderaban de mí. Aun podía recordar las malditas palabras que habían salido de mi boca y habían causado todo esto. Necesitaba saber que estaba pasando. Así que sin pensarlo camine hacia la sala en donde estaba Alex.

Al dirigirme hacia allá pude sentir a alguien jalárme hacia atrás. Al mirar quien era pude ver a Max.

- Qué haces?

Dije alejándome de ella.

- Tienes que dejarla ir Nathan..

- Hablas de Alex?

Dije mirándola confundido.

- Los doctores creen que es muy tarde para la transfusión de sangre.. solo hay que dejarla ir..

Dijo apoyando su mano en mi hombro.

- No, no..

Dije caminando hacia la sala, al entrar pude ver al Doctor cerrándole los párpados a Alex con su mano. Su rostro estaba pálido y sin vida.

- Alex..

Dije muy bajo.

- Señor Prescott usted no puede estar aquí!

Dijo el Doctor llevándome con sus manos hacia atrás.

- Suélteme!

Dije alejándome de el con mi mirada aun fija en el cuerpo sin vida de Alex.

- Vamos Nathan..

Dijo Max poniendo sus manos en mis brazos.

- No Max, no puedo dejar esto así.

Dije levantando mi mano con la intención de retroceder el tiempo y revertir esta pesadilla, pero fue inútil. No pasaba nada.

- Qué hace señor Prescott?

Dijo el Doctor mirándome extrañado.

- No, no resulta Max..

Dije mirándola con pánico.

- Quizás sea una señal, tienes que dejarla ir..

Insistió Max mientras que el doctor nos miraba confundido.

- No puedo Max, mi hija necesita tener una madre.

Dije fijando mi mirada a la de ella.

- Quieres.. que lo intente?

Dijo Max tomando mi brazo.

- Por favor..

Dije buscando su ayuda. Por lo que Max levanto su mano e intento retroceder en el tiempo.

De pronto ambos pudimos sentir como la realidad en la estábamos cambiaba, nuestros cuerpos seguían allí pero todo lo que estaba a nuestro alrededor ya no.

Al volver a estabilizarnos en el tiempo pude ver como la maquina que marcaba las pulsaciones de Alex estaba funcionado y marcaba sus signos vitales nuevamente.

Al mirar a Max pude notar que estaba muy pálida, su nariz sangraba y apenas se sostenía sobre el marco de la puerta.

- Te sientes bien Max? estás sangrando.

Dije acercándome a ella.

- Estoy bien..

Dijo Max limpiando con la manga de su polera la sangre que salia de su nariz. De pronto ambos pudimos escuchar a Alex tosiendo, por lo que nos acercamos a ella de inmediato.

Sigues Siendo Mi Obsesión (Caulscott fancic, 2da parte de Eres mi obsesión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora