Nueve

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Coexistir con el padre de tu no - novia es realmente duro.

Después de que Nik la besó por sorpresa hace un par de días y su padre los sorprendió en el acto, el tatuado no ha tenido la oportunidad de hacer absolutamente nada ante la atenta mirada de aquel hombre, puesto que al parecer lo perseguía hasta en sus más locas pesadillas.

― ¡Yerno! ¿Ya te levantaste?

Maldito padre sobre protector me has estado jodiendo todos los putos días a las siete de la mañana.

Párate de una vez y entiende por las buenas que no tengo a Harley por aquí.

― ¡Por supuesto que sí, suegrito! ―le gritó con sorna esperando que de alguna forma se fuera y lo dejara en paz.

―Solo abre la puerta, Dominik, ―pidió con voz de ultratumba logrando que el aludido rodará los ojos y se dirigiera hasta la puerta.

Como de costumbre, él salió de su cama aún portando solo sus bóxers y un cabello terriblemente desordenado. 

Un par de segundos después.

Ambos quedaron frente a frente.

A Nik no le sorprendió en lo absoluto que el hombre a su lado ya se encontrará bañado y vestido.

Él sabía de sobra que los padres tienden a tener el súper poder de levantarse temprano.

―Querido suegro, siempre me alegra verlo, ―mintió con total transparencia.

Acto seguido, Marion Getsunova, jaló del brazo a alguien y lo empujó hacia él.

Se trataba de Jonas, su antiguo contricante.

Soy gay y mi padre adoptivo es homofóbico, jamás lo va a aprobar, ―reveló Marcel en su momento. ―Tenía la esperanza de ser bisexual, pero para ser honesto las mujeres no me atraen en lo más mínimo.

¿Los habrá encontrado juntos?

Nik inevitablemente se percató que el chiquillo a su lado tenía el labio partido.

Su piel estaba más rojiza que lo usual y se encontraba demasiado callado considerando su explosiva personalidad.

― ¿Qué le hizo a mi amigo? ―le preguntó al instante.

Sorprendiéndose enormemente, después de todo, él no había utilizado aquella palabra para referirse a alguien que no fuera Cosmo durante varios años.

―Este marica amigo tuyo estaba desnudo en la cama de mi hijo, ―respondió mirándolo con odio y asco. Jonas a duras penas estaba tapando sus partes íntimas con una sábana. ―Lo quiero fuera de nuestras vidas o me llevaré a Harley a casa en un parpadeo, ¿de acuerdo Dominik?

A mi nadie me amenaza estúpido, nadie.

Y mucho menos se meten con quiénes protejo.

― ¿Y quién dice que va querer ir con usted? ―se atrevió a preguntar fulminante. ―Ella quiere una aventura, ―apuntó sabiamente. ―Ansía sentirse viva y desea divertirse con alguien del cuál pueda hablar cuando este vieja para volver a sentirse joven. Soy un futuro recuerdo, un futuro don nadie, eso lo sé de sobra. Probablemente de la misma forma que Jonas lo será para Marcel. No somos la clase de personas que viven para recibir un clásico final feliz y eso lo sabemos los tres, ―sentenció observándolo fijamente.

Marion se mantuvo callado, observándolo con profunda curiosidad y sorprendentemente, asintió con la cabeza.

―Los estaré vigilando, experimentos, ―agregó antes de irse y dejándolo más asqueado de lo normal.

No soy un GigolóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora