Once

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Nik no sabía con exactitud cómo sentirse, ya que por primera vez en mucho tiempo había sido honesto con alguien que no fuera el mismo.

Al menos... Parcialmente.

Y sin lugar a dudad, no era capaz de procesar el hecho de que acababa de abrirle parte de su corazón a alguien.

Se sentía joven... Casi como si volviera a ser un adolescente. 

"Tengo veintiuno, ¿por qué veo tan alejado el tiempo que tuve dieciséis?", se preguntaba sin saber cómo responderse a si mismo. 

Giró su cuerpo y dio con la figura de aquella chiquilla, Harley Davidson. 

Ella sin duda alguna, probó ser mucho más inteligente de lo que se hubiera imaginado, y aunque deseaba darle muchas vueltas al asunto, él la admiraba de cierta forma.

¿Y por qué no?

Le gustaba.

Él no ha sido una buena persona en mucho tiempo, incluso actualmente no lo estaba siendo ahora mismo.

Las mentiras a cambio de sobrevivencia. 

Los robos y asaltos por mandados.

Él había vendido todo lo que tenía.

Incluyendo su propio cuerpo.

Nik era consciente que había caído bajo. 

Y sin lugar a dudas extrañaba la tranquila y monótona vida que solía tener en su pueblo natal, Castell Valley. 

Debió haber escuchado a su padre, e ir a la universidad. 

Pero con sus malas calificaciones y poco interés en los estudios, jamás habría logrado ser el heredero idóneo para el negocio que escondían. 

Ese era Tristan, su hermano menor.

De haber permanecido en su lugar de origen, todo habría calzado eventualmente. 

Nik se habría hecho cargo del bar de su padre. 

Tristan habría sido el CEO de Wedlick's Enterprises.

Y Logan habría hecho cualquier cosa que quisiera. 

Pero esa no era la realidad.

Al fin y al cabo, Dominik solo fue un muchacho tonto que soñaba con ser artista y creyó ingenuamente que un viaje a Europa era la solución a sus problemas. 

Así que una semana después de cumplir la mayoría de edad, escapó únicamente con un pasaporte en mano, una mochila en los hombros y un enorme orgullo atosigándole.

Su padre nunca creyó en su talento artístico. 

Durante años su progenitor le pidió que pensará seriamente en su futuro y dejará de lado su verdadero sueño.

Sin embargo, Nik jamás quiso estudiar algo que no fueran artes plásticas, así que en ese momento decidió nunca volver a contactar a sus familiares.

Fue muy inmaduro de su parte, hoy en día lo reconoce.

Pero sus acciones de a pocos le dieron más razones para alejarse de ellos.

Después de todo, ¿cómo podría enfrentar a su padre sabiendo todo lo que hizo?

¿Qué diría el medio al saber que el hijo mayor de Zachary Owen - Wedlick era un gigoló de mala muerte en Bristol?

Le daba dolor de cabeza de solo pensarlo.

― ¿Estás seguro que no te duele? ―preguntó Harley sacándolo de sus pensamientos mientras observaba como le tatuaban una corona de rey y le agregaban de forma muy abstracta un "H". Después de todo, él le pidió al artista que fuera muy creativo para que su novia no se diera cuenta.

No soy un GigolóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora