✖Capítulo Seis✖

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"Brody"

Muchas veces James me comentó de Brody, era uno de sus amigos más cercanos. Sus padres habían fallecido, y desde ese momento su vida cambió. Básicamente su vida era cambiar de mujer cada semana, pero eliminando eso, era una buena persona.

Decidimos ir a su casa. Iba hacer algún tipo de reunión, es por eso que James aprovechó la oportunidad de llevarme y presentármelo.

En el camino a su casa, la mano de James no dejaba la mía. Tocaba el anillo que se encontraba en mi dedo, y lo masajeaba. Sólo conducía con una mano. El trayecto fue largo, pero no fue nada aburrido. Yo tarareaba y cantaba las canciones de la radio, James sólo se reía de mí cada vez que mi canto no era bonito. Nunca me cansaría de escuchar su risa, era cómo música para mí. Él era más cariñoso. Nuestros encuentros íntimos eran más rudos de lo que había sido la primera vez. Me gustaba el James tierno, cómo también me gustaba el James posesivo y dominante que era en la cama. Los gruñidos que hacía cada vez que estaba a punto de llegar al clímax, me enloquecía. Ya no había vergüenza entre nosotros, él me dio la confianza que necesitaba. Recuerdo que una mañana, los dos estábamos desnudos, y decidió que era una buena oportunidad de disfrutar de la piscina. Mis gemidos retumbaban en todo el jardín, sus manos se encontraban en mi cintura; y sus labios disfrutaban de mis pechos. Nunca lo había hecho en una piscina, pero me encantó hacerlo con James.

La casa de Brody era un poco más grande que la de James. Por lo que me dijo, tenía dos piscinas. Una dentro de la casa y otra en el jardín. También dijo que era fanático de los autos, y que tenía una gran colección. Cuando ingresamos, cinco autos estaban estacionados en el garaje. Bajamos y nos dirigimos al interior de la casa. Un hombre de alta estatura, con tatuajes en sus brazos y su cabeza rapada; fue el que nos recibió.

— Brody—dijo James. Se saludaron en un apretón de manos— Ella es Maia. Maia, él es Brody.

— Un gusto — estiré mi mano, y el la cogió.

— El gusto es mío— sus ojos estaban fijos en los míos, eran de color verde. Un profundo color verde, que penetraba mi mirada como si quisiese conocer más de mí— Por fin conozco a la persona de la que tanto habla este cabrón.— una sonrisa se dibujó en su rostro. Me sentía intimidada, él no me gustaba del todo. Tenía algo en él que hacía que desconfiara. El roce de la mano de James en mi cintura hizo que saliera de mis pensamientos. 

— ¿Estás bien?— susurró muy cerca de mí oído.

— Sí— volteé y le dedique una sonrisa a Brody— Tu casa es muy bonita— sonrió aún más.

— Me alegro que te guste— nos invitó a pasar. La mano de James ya no se encontraba en mi cintura, estaba sosteniendo mi mano. 

Un fuerte olor a cigarrillos provenía de lo que supongo era la sala. Tosí un poco y me cubrí la nariz con el brazo.

— Carajo Brody — James sonaba un poco enojado— ¿No pudiste hacer una de tus fiestas otro día?

— Tranquilo, es sólo una reunión. No hay nadie más que ustedes, mis chicas y yo— nos guió a la sala, tres mujeres estaban sentadas en un sillón. Dos de ellas estaban fumando y la otra estaba bebiendo de una botella de licor. Las tres llevaban puesto un pequeño short y la parte superior de un bikini. Cuando vieron ingresar a Brody, rápidamente dejaron los cigarrillos y la botella. Se pusieron al costado de él  — Muñecas, ella es Maia. La pareja de James. A él ya lo conocen — las tres nos sonrieron y sólo una de ellas se aproximó a donde yo estaba y me saludó con un beso en la mejilla.

— Soy Kimberly— dijo — Me encanta tu cabello, debes decirme la marca que usas para pintártelo.

— Es natural— interrumpió James con una voz neutra.

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