Nada más abrir los ojos, Stiles supo que no estaba en su cuarto.
La pared de ladrillos que miraba no era la que solía contemplar al despertar, y el colchón que había bajo su cuerpo era más duro que en el que se había tumbado cuando fue a dormir.
Todos esos detalles, sin embargo, dejaron de tener importancia cuando se dio cuenta de que no estaba solo en aquella cama que no era la suya, dentro de aquella casa que no era la suya.
Dio media vuelta con cuidado, y se quedó sin respiración al descubrir quién era el que estaba compartiendo cama con él.
Aunque en el fondo ya suponía que era Derek.
Después de semanas de práctica, había aprendido a reconocer que soñaba con una rapidez pasmosa, sin necesidad de recurrir al truco de las letras. Y aunque con la realidad, de momento, eso no se le daba tan bien y ya había pasado por varios momentos incómodos, tenía intención de seguir trabajando en ello.
O lo haría en cuanto despertara.
Porque ahora no quería perder el tiempo, cuando podía muy bien aprovecharlo para disfrutar de la persona que estaba a su lado.
Derek aún dormía.
Tumbado de lado, tenía un brazo apoyado bajo la cabeza a modo de almohada, en la pose más relajada con la que jamás le había visto. Su ceño no estaba fruncido, y sus labios no estaban apretados. Los tenía ligeramente entreabiertos, dejando escapar un resuello cada vez que expulsaba el aire.
No llevaba nada de ropa de cintura para arriba, y las sábanas le impedían ver si pasaba lo mismo más abajo. Pero notando el calor que desprendía su piel, aun sin estar pegado a él, intuyó que como mucho tendría los calzoncillos puestos.
Aquella imagen consiguió que se sonrojara de pronto, y estuvo más que tentado de levantar la sábana y echar un laaargo vistazo.
En sus últimos sueños nunca habían llegado a hacerlo. Pues tan pronto intentaba quitarle los pantalones, despertaba en su cama cubierto en sudor.
Stiles tenía varias teorías de por qué ocurría eso.
Una era que no podía soñar con algo que nunca antes había visto, como eran las piernas, trasero y entrepierna de Derek. Y aunque se las pudiera imaginar perfectamente (la mayoría de sus pantalones no dejaba mucha duda al respecto), no contaba con tantos detalles como para que su cerebro los dibujara en su mente, y después aparecieran en sus sueños.
La otra teoría era que en el fondo era todo un romántico, y por mucho que siempre se quejara de querer perder la virginidad, lo que realmente quería era compartir momentos íntimos junto a la persona que le quisiera.
La parte analítica del cerebro de Stiles creía en la primera teoría. Mientras que la parte de su cerebro más sentimental, y que siempre trataba de ocultar al resto del mundo (ya triste era reconocer que era un pringado, como para que encima se supiera que era un pringado romántico), apostaba más por la segunda.
Fuera como fuese, sabía que no debía tentar la suerte y mirar bajo de la sábana. No si quería seguir disfrutando de la imagen de Derek a su lado, relajado y sencillamente perfecto.
Debían haber pasado unos cuantos minutos, cuando la respiración de Derek cambió, y al segundo abrió los párpados. El color medio gris y verde de sus ojos eran más claros gracias a la luz de la mañana.
- Vuelves a espiarme – fue lo primero que dijo, con un toque de humor.
Stiles disimuló a la hora de tragar saliva. Ya tendría que estar acostumbrado al Derek cercano y alegre de sus sueños; pero no dejaba de ser el mismo tío que había ocupado su cabeza desde hacía años, y al que tenía que seguir viendo en el mundo real de un modo completamente distinto.
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Dream a Little Dream
FanfictionParece que los problemas de Stiles a la hora de diferenciar realidad con pesadillas ya han terminado. Ya no tiene extraños sueños donde se despierta en mitad del bosque, o incluso es incapaz de leer estando despierto. Pero entonces ocurre algo que l...