-¿ Lista?
- Voy a ir a hacer ejercicios, no a un pase de modelos Van. - señalé mi ropa.- Creo que te has pasado un poco.
Tenía puesto un vestido rojo de escote corazón, pegado y totalmente ceñido hasta la cintura, donde, con un pequeño cinturón negro se soltaba hasta un poco por encima de las rodillas mientras que se degradaba a un blanco.
Sin hablar de los pedazo de andamios que me había elegido. Por suerte no podría caerme de ellos.
- Quizás tengas razón, mm... ¿Qué tienes por aquí para hacer ejercicio?
Rebuscó con gran esmero entre mi ropa.
- ¿Ni un top? Solo hay camisetas muy olgadas. ¿eres tan ancha de huesos como para ponerte esta?
Sacó una de baloncesto de los lakers, en realidad no se estaba tan ancha.
- Trae ya busco yo algo.
Le arrebate la camiseta, cogi una banda negra para que no se viera el sujetador y unas mayas negras.
Alguien llamó a la puerta, seguramente Tayler y Van abrió.Oí voces pero no la conversación y cuando salí del baño ahí estaba.
- Bueno creo que os dejo solos. No porque os esté sugiriendo que seáis pareja, sino porque. ..
-Vanesa...
Se puso roja y salió de la habitación.
- Perdonala, a veces se le va un poco la pinza.
Me dedicó una sonrisa
-Yo no la he oído decir nada imposible.
Me sonroje un montón.
¿me había soltado una indirecta?
Mis mejillas pasaron de parecer un tomate a un escarlata.-Bueno creo que deberíamos irnos ya.
-Me parece bien.
Llegamos a su coche, un volkswagen rojo bastante bonito, con un acabado en la pintura tan pulido que podía ver mi cara.
Dio a la llave y las puertas se abrieron del piloto y copiloto hacia arriba.
-¿Necesitas que te ayude?- dijo algo confuso.
- Puedo subirme sola, solo necesito que guardes la silla. - me diriji hacia el asiento. - creo - susurre para mi.
Él se puso junto a mi y me agarró por debajo de las rodillas y del cuello. Me levantó cuidadosamente y me sentó en el sillón de piel sintética de color crema.
Me puso el cinturón (cosa que podría haber hecho sola pero por alguna oscura razón no quise) y tras plegar la silla la guardó en el maletero y condujo hacia la clínica.
-Gracias...
No dijo nada, solo me dedicó una agradable sonrisa.
★☆
-¡Tay, cariño! - Exclamó una mujer que supuse era su madre, por el parecido de ambos.
Era bajita tras el mostrador y tenia el pelo en tirabuzones castaños hasta los hombros de su traje azul.
- Hola mamá.- le dio dos besos.- Esta es Layla, la chica que te dije.
¿Le había hablado de mi? Bueno era normal
Había pedido cita para que me ayudara su padre.
Era normal ¿no?
-Oh tu eres la famosa Layla Jones. Que ganas tenía de conocerte querida. Me han hablado mucho de ti.- me guiñó el ojo como si fuera mi cómplice y me besó las mejillas.
-Encantada señora. -se llevó una mano al pecho.
-No me llames señora querida, llamame Casandra. Bueno no os entretengo más.
Asentí con una sonrisa y se volvió a Tayler.
-Tu padre está libre en la del fondo.
- Vale, gracias mamá.
Nos dirigimos a la sala donde un hombre muy alto, media cabeza más que su hijo, nos esperaba vestido de azul. Tenía la espalda de un nadador y una barba muy poblada y oscura, además, ya sabía de donde habían salido los ojos de Tayler.
- Bienvenida Layla, soy Cristian, el padre de Tayler. Veamos como mejoran esas piernas.
Hice mil y un ejercicios con Tayler y su padre. Hasta me dijeron algunos que practicar yo sola cuando tuviera tiempo.
Además, cada vez que Tayler rozaba mi piel, esta ardía bajo su mano.
Al principio me daba vergüenza pero terminé acostumbrandone.
Llegamos a la facultad y le agradecí todo lo que había hecho por mi hoy.
Me acompañó a mi cuarto.
-Otra vez gracias. Has sido muy amable.
-De nada, otra vez. Me ha encantado ayudarte.
Me di la vuelta para abrir la puerta.
-Lay, ¿ te...te gustaría ir mañana. .otra vez a la clínica?
Jo mañana tenia cita con Sebastián. Tenía días alternos entre una cosa y la otra.
-Lo siento pero tengo psicólogo. Pasado si. - sonreí
-Vale pues.. mañana te veo Lay. - se acercó y me dejó un beso en la frente.- cuídate.
Y se alejó.
Narra Tayler
La acompañé a su cuarto tras una tarde muy entretenida.
-Otra vez gracias. Has sido muy amable.
Siempre tan dulce, era una de las cosas que me gustaba tanto de ella.
-De nada, otra vez. Me ha encantado ayudarte.
Se dio la vuelta, llaves en mano para abrir la puerta, respiré hondo y hablé antes de perder la oportunidad.
-Lay, ¿te...te gustaría ir mañana. .- no podía hacerlo estaba demasiado nervioso, ¿y si me decía que no? Tenía que dar más tiempo. - otra vez a la clínica?
Miro hacia abajo y respondió triste.
-Lo siento pero tengo psicólogo. Pasado si.
Bien Tayler definitivamente eres gilipoll**
-Vale pues mañana te veo Lay.
Me acerqué a ella, quería besarla y sentirla cerca de mi. La notaba a mil kilómetros.
Pero sabía que no podía. En su lugar besé su frente y me alejé sintiéndome subnormal por no haberle dicho lo que en realidad quería.
Bueniis espero que os haya gustado, votéis y comentéis que os parece.
♥♡♥
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Historia sobre ruedas
Teen Fiction¿Cómo estarías si de repente todo cuanto amas y aprecias se ve afectado por una mala decisión que ni siquiera era tuya? ¿Si todo cambiara en cuestión de minutos, por una estupidez? ¿Y si esos cambios te hicieran darte cuenta de la cruda realidad?