-¿Es eso cierto?¿ Te gusta la música?-Sí, la uso como vía de escape.
- Es muy buena.- volvió a interferir mi amiga.
A Sebastián pareció iluminarsele la bombilla.
- Eso es bueno porque alomejor lo que hasta ahora era tu vía de escape, podría ser tu cura.
Me quedé desconcertada un instante.
No sabía cómo se suponía que iba a salvarme algo que hacía desde pequeña y que, hasta el momento, sólo me había servido para expresarme como soy de alguna forma ante los demás.
¿Cómo se suponía que me iba a ayudar?
Solo era eso; una vía de escape, solo eso.
-No lo entiendo.
Sebastián se colocó en el sillón y cruzó las piernas, puso los codos sobre estas y juntó las llemas de los dedos.
- Desde el punto de vista psicológico, la mayoría de personas necesitan un punto de apoyo, algo que las motive a volver a ser lo que eran o mejorarse como persona, algo que esté siempre ahí.
Vanesa, que hasta el momento había permanecido callada, tosio para llamar la atención.
- eeeeh ¿yo valgo?
" Vanesa y su ego momentaneo"
Sebastián le dedicó una sonrisa y mirandola contestó.
- Eres un buen ejemplo pero preferiblemente debería no ser una persona. Más que nada porque no podemos estar unos con otros en todas las situaciones de nuestras vidas.
En la última frase se le quebró un poco la voz, debia haber perdido a alguien.
O al menos era alguien lejano al que por desgracia no podía ver mucho.
Sin embargo rápidamente recuperó su voz grabe y varonil.
- La música, siempre vas a poder tirar de ella. Prueba a cada vez que llegues a una situación de estrés o cualquier cosa que te pueda deprimir, cantar, tocar un instrumento o simplemente marcar un ritmo.
Asenti todavía no muy convencida y tras quince minutos más, llegó la hora de marcharse.
Como la vez anterior, me costó llevarme a Vanesa de allí, casi tuve que cogerla a rastras.
Y en el coche una vez más la fui chinchando sobre lo colgada que estaba por Sebastián.
Al llegar a mi facultad decidimos ir a cenar a Grease.
-De verdad me he enamorado de este sitio, ¡es genial! - medio gritó Van.
Y estaba de acuerdo con ella, aparte de que "Grease" era una de mis películas favoritas, me encantaba la ambientación de esa época.
- A mi también me encanta, es muy retro.
La campanilla de la puerta sonó y una cazadora de cuero entró. Vanesa se le quedó observando durante un rato sin que el muchacho se diera cuenta.
Entonces me dijo:
-Por ahí viene tu Jonh Travolta. - me guiñó el ojo y antes de que pudiera protestar ya me estaban hablando.
-¿Soy tu John Travolta?
-Más quisieras Black, y ahora que ya nos has interrumpido vete.
Van cambió el gesto de si cara al darse cuenta de que aquel idiota de la cazadora de cuero, era el mismo idiota al que tenia que darle clases, el mismo idiota que me dejó plantada.
- Venía a hablar contigo dos ruedas.
"Layla controlate"
-Desembucha.
- Me has dejado plantado.
" Layla no le cortes la cabeza con el cuchillo que sostienes"
-¿Perdona, cómo has dicho? - me hice la loca.
No podía creer como tenia tanta cara de decirme eso.
- Creo que lo has oído dos ruedas. Pensé que me ayudarias a estudiar.- sacó un paquete de cigarrillos de su pantalón y jugueteo con uno entre los dedos.
- Lo primero, no me llames dos ruedas, y lo segundo, fuiste tu el que no se presentó. Si no estudias es culpa tuya. Y creo que no te conviene repetir otro año por lo que tengo entendido. - contraataque repitiendo las palabras del señor Locky.
Lo cual no pareció sentarle muy bien.
Se acercó a mi rostro un poco, con el cigarrillo aún apagado en la boca.
-No sabes nada de mi vida. Tu solo eres una empollona que me ayudará a aprobar el curso para poder graduarme de una put* vez. ¿si?
Notaba como las lágrimas querían salir de mis ojos, pero las reprimi. Al igual que las ganas se borrarle esa sonrisa de idiota engreído y mal criado de la cara.
En seguida Van lo notó y levantándose se acercó a él, haciéndole retroceder.
- Mira chaval, que Layla no te pueda contestar mal no significa que yo no lo vaya a hacer. Así que cómo vuelvas a meterte con Layla, amenazarla o simplemente tocarle las narices, me encargaré de que esa cosa que cuelga de tu entrepierna con la que al parecer piensas, no vuelva a ver la luz del día ni ninguna otra para que el mundo se libre de una estirpe de egocéntricos e insoportables especímenes como tú. - le dedicó una sonrisa inocente y añadió con voz de niña pequeña- Espero que hayas pillado la indirecta.
Rojo de rabia se fue por donde vino mientras se encendía el cigarro.
-Van eres mi heroína, de mayor quiero ser como tú. - dije en tono cómico.
Ella cogio el servilletero como si fuera un Oscar y entrando en modo idiotez comenzó a dar in discurso improvisado
- Gracias a todos por darme este premio novel de la paz. Es un honor y me llena de orgullo y satisfacción poder dedicarle este pre. ..
- Ya Vanesa, ya.
Ambas nos reímos y una vez terminada la cena me acompañó a mi edificio.
Según estaba entrando en mi habitación algo paró la puerta.
Mejor dicho, alguien.
El pie de alguien.
Una bota militar negra asomaba por un hueco de la puerta y di la vuelta a mis ruedas para ver de quien se trataba, aunque tenía una pequeña sospecha de quien podía ser.
Holaa he estado un poco desaparecida últimamente por aquí, lo siento pero los estudios son lo primero.
También seguiré con mi otra historia de "los pintores del tiempo" si os está gustando esta, os recomiendo que os paséis por esa.
PREGUNTAAAA
quien es vuestro personaje favorito hasta ahora????
De quién será ese pie?????
Chan chan chaaaaaan
♥♡♥
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Historia sobre ruedas
Teen Fiction¿Cómo estarías si de repente todo cuanto amas y aprecias se ve afectado por una mala decisión que ni siquiera era tuya? ¿Si todo cambiara en cuestión de minutos, por una estupidez? ¿Y si esos cambios te hicieran darte cuenta de la cruda realidad?