1992

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David había cenado la noche anterior con una súper modelo llamada Imán, la cual se la había presentado un amigo unos días antes, lo que hizo a Jane arder en celos. Ella estaba completamente segura de que él le pertenecía y que nadie lo podía tocar.

Pero por supuesto, ante él actuaba con total frialdad, aunque no podía evitar discutir al verle salir por la puerta, con la excusa de que ella era ahora parte de su "Círculo de amistad".

"Ya me voy amor" Le dijo David, abriendo la puerta.

"David" Lo llamó ella, sin mirarlo.

Él se acercó hasta donde estaba, ella estaba fumando un cigarrillo.

"No quiero que te vayas..." Le dijo ella con los ojos húmedos a través de sus lentes finos.

David la miró detenidamente. A Jane no le gustaba llorar frente a él, ella solía ocultarse a otra parte o llorar en silencio cuando creía que David no la miraba.

"Jane... Es.." ella lo interrumpió.

"No me digas que es sólo de tu círculo de amistad David, ella es increíblemente atractiva y apuesto a que tiene mucha clase y odio que sea mucho mejor que yo... Pero odio mucho más ver cómo corres para verla todos los días" Le confesó ella.

Era mucha la presión, lo que hacía que Jane ya no la pudiera aguantar y por eso rompió en llanto. David pensaba que estaba dándole más importancia de la que en realidad tenía, pero para Jane los sentimientos son más intensos, lo que la hace más sensible.

"No quise herirte" Le dijo él "Nunca es mi intensión... ¡Yo te amo!"

"Entonces no te vayas..." Le pidió una vez más.

"No me iré a ninguna parte" Le sonrió él.

Una vez más, David se quedó consolando a Jane. No entendía su inseguridad, si para él ella era perfecta... Aunque no le era posible negar que no había sentido nada por Imán, porque aquella mujer era totalmente impresionante. Pero en comparación a Jane era sólo otra mujer hermosa.

"Ah, David... Lo siento" Le dijo Jane.

"Está bien, sadie" Le respondió él "¿Quieres salir a tomar algo?"

"Preferiría quedarme aquí, y que me demuestres tu afecto" Los ojos de Jane brillaban particularmente.

Entonces David estalló en risas ante lo que su esposa le estaba pidiendo.

"Oh Jane, te amo tanto..." Le dijo él. Entonces empezó a darle besos desde las mejillas hasta su cuello, tomándola por la cintura.

Ella tenía los ojos cerrados, pero podía sentir la sonrisa de David sobre ella. David la levantó y la llevó a la habitación, en donde debieron empezar desde un principio.

"Te tocaré como a un piano... Hoy seré bethoveen" Le dijo él, con los ojos brillantes y ambas pupilas de casi el mismo tamaño.

"Creo que tu estilo es mas bien un sintetizador" Le dijo ella, sonriendo.

David rió alto, una vez más.

"Tocame como tocas al violonchelo, cierra los ojos y dejate llevar como lo haces cuando lo tocas, permiteme ser tan baja y sentimental como su sonido" Le dijo ella.

"Pareces decir las mejores cosas en el momento perfecto" Sonrió él.

Jane cierra sus ojos una vez más y siente los cálidos labios de David sobre los de ella. Sus manos se entrelazan perfectamente, entonces ella se da cuenta de que para ninguna otra mujer significaría tanto la mano de David sobre esta, y que nunca significaría lo mismo tomar la mano de otro hombre que no fuera él. De alguna manera, ella sentía que encajaba en él como anillo al dedo.

Y justo un momento antes de que David empezara a quitarle el suéter le dijo.

"¿Te das cuenta de que te amo, cierto?"

Ella abrió los ojos y lo miró fijamente mordiendo su labio inferior.

"Lo sé" Le respondió.

"¿Tú me amas?" Preguntó David.

"Te amo absolutamente" Entonces la besó.

The Stars Of The NightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora