2017

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Jane despertó, sola en su habitación, como todos los días desde hace un año. Sólo era otro día más sin David.

Se quedó un momento acostada, mirando hacia la ventana junto a su cama, en el lado donde dormía David. Juraría que cerró la ventana por la noche, David era quien las abría por la mañana, pero seguramente habría sido en la mañana, sonámbula.

Duncan entra en la habitación, rápidamente y se acuesta junto a ella, pero Jane finge estar dormida.

"Hola mamá" Le dice, esperando a que ella despierte.

Desde hace algunos meses venía a su casa a hacer esto. A sabiendas de lo mal que ella la estaba pasando, lo hacía para tratar de hacerla sentir mejor.

"Ya es hora de despertar mamá, ¿Puedes oírme? ¿Hola?" Duncan se acercó un poco más a su rostro.

Ella sonrió, recordando '¿Puedes oírme, mayor Tom?' y entonces abrió los ojos. Duncan se alegró de ver su pequeña sonrisa y sonrió en respuesta.

"Tu desayuno está listo, te esperan en la sala..." Le dijo Duncan.

"Muy bien, me levantaré" dijo ella, sin muchos ánimos.

Jane se levantó lentamente de su cama, se puso unas pantuflas y una bata de seda amarrada a la cintura. Por alguna extraña razón esperaba que ese 'alguien' que la esperaba fuera David, a pesar de que ya había pasado un año y algunos meses de su muerte. Aún se negaba a creerlo. Pero que sorpresa se llevó al ver a Roger Taylor y Brian May en su sillón.

"Vaya... La verdad es que ya ni los recordaba chicos, ¿Quieren desayunar algo?" Les preguntó Jane, tenía una sonrisa cansada.

"Buenos días Jane, creo que Brian y yo aceptaremos esa oferta" Le dijo Roger.

Duncan les sirvió unas panquecas con fresas y miel, un café y un jugo de naranja. Las panquecas de Jane formaban una carita feliz a la que ella se dedicó a destruir por unos segundos antes de empezar a desayunar.

"Jane, nos parece que no te ha ido muy bien este año..." Le dijo Brian.

"¿Por qué lo dices? Me siento bastante bien, sabes..." Respondió ella, en un tono bastante irónico.

"Has dejado tu cabello convertirse en total plateado, cuando antes lo pintabas, solías reunirte con tus amigos, invitarlos a tomar té, ya no haces nada de eso... Hace un mes te invitamos a una fiesta de reencuentro y no asististe" Le dijo Roger.

"No hay nada que yo pueda hacer sin él, Roger... ¿Que clase de reencuentro hubiese sido sin David Bowie? Él quería que yo dejara crecer mi cabello natural y eso hice... Él quería que publicara un libro y eso hago... Solo trato de hacer las cosas que él siempre quiso para mí, aún estoy viva" Mintió ella.

"No estás viviendo, Jane" Le dijo Brian.

"¿Acaso no entiendes? No puedo vivir sin él... Lo intento, pero no puedo" Ella miraba las fresas de su plato, como si estas tuvieran la culpa de todo.

"Yo creo que deberías salir un poco más, viajar, ver otro entorno..." Roger la miraba.

"Roger, Brian, les juro que estoy bien... Puedo seguir viviendo así unos años más hasta que sea hora de irme, pero por favor, no me digan las cosas que creen que debo hacer... Sé como quiero que vaya mi vida y no necesito su compasión ni condescendencia" Ella los miró fijamente "Estoy bien, de verdad"

Entonces los miró de una manera muy especial. Jane podía estar rota en millones de pedazos, pero siempre te haría sentir seguro y estable, ese era su súper poder.

Brian y Roger se miraron un momento y luego a ella.

"Muy bien Jane, te creemos" le dijo Roger, y luego tomó un poco de su jugo.

"Saben, me gustaría verles de nuevo... Estuve a punto de decirle a Paul que viniera pero fue interesante su visita... Quizás puedan venir,¿El viernes? Bueno no importa, estaremos hablando" Les dijo ella cuando ya era hora de irse.

"Te aprecio mucho Jane" Le dijo Roger, dándole un abrazo "A pesar de todo..."

"Yo también lo hago..." Le dijo Brian.

Entonces ambos se fueron por la puerta.

Duncan se acercó a donde estaba su madre, o más bien madrastra, Jane. Ella estaba terminando su taza de café sentada en el sillón. Su corazón se partía en mil al ver la expresión en el rostro de Jane.

"Mamá, sabes... Yo creo que a papá le hubiese gustado que siguieras con tu vida" Le dice.

"Eso trato Duncan, no entiendo por qué todos piensan que no lo hago" Le respondió ella.

"Entonces, ¿Ya no estás triste?" Le pregunta.

"Claro que estoy triste, he perdido la parte mas importante de mi vida... Pero sabes, he encontrado paz en estar conmigo misma y en disfrutar estas pequeñas cosas como tomar café en la tarde, viendo el atardecer, o leer un libro a las dos de la mañana y quedarme reflexionando a las ocho de la mañana, cuando sé que estoy sola... Me encanta el olor a vainilla de la casa y ya no quiero tocar el piano, así que por favor no me pidas que lo haga" Ella miró a Duncan sonriente, lo que le hizo sentir mucho mejor.

"Entonces estaré más tranquilo a sabiendas de que estás bien" Le dijo él.

"Y, por favor, vuelve a trabajar... ¡Puedo cuidarme sola!"

"Vale, volveré mañana en la mañana..." Le dijo Duncan y luego se fue.

Jane leyó un poco de su escrito, mientras pensaba qué dejaba y qué quitaba, pero la melancolía hizo que lo dejara por un rato. Entonces decidió que tomaría una siesta.

The Stars Of The NightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora