Decisiones importantes

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No supo que decir, no supo qué responder. Se paralizó al escuchar la palabra "elige". El erizo negro la vio intensamente esperando una respuesta de su parte, pero ella no parecía tener una en ese momento. –Te daré más tiempo para pensar, pero decide pronto, no sé hasta que punto llegue mi paciencia– dijo fríamente –Y contigo no será mucha– dijo por último. Blaze lo vio salir de aquel dejándolo sola nuevamente. Colocó ambas manos sobre sus ojos y sintió como sus lágrimas traspasaban aquellos guantes blancos, no sabía qué hacer, tenía miedo de decir la respuesta equivocada.

–¿Qué debo de hacer?

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Entró al edificio nuevamente y al hacerlo vio a varias enfermeras en el suelo con disparos en su cuerpo, algo que lo alarmó. Rouge entró detrás de él y al igual que él, se quedó asombrada al ver aquellos cadáveres –¡Rayos!– gritó el equidna corriendo hacia aquella habitación. Subió las gradas rápidamente pasando pasillo por pasillo, viendo a varias enfermeras con disparos en su cabeza y otras más llevando camillas o llorando. Pronto llegó al piso donde debería de estar él. Corrió hacia las habitaciones del fondo y la hacerlo vio a una coneja enfrente de una habitación sin vida alguna, los cadáveres lo guiaron hacia donde se encontraba el asesino, como un rastro de migas de pan. Vio al erizo negro cargando a una gata lila en su hombro y tomando fuertemente de la muñeca a un erizo plateado –¡ALTO!– gritó el equidna, pero el erizo negro esbozó una sonrisa burlona y después de decir un par de palabras que no entendió muy bien desapareció en un destello blanco. Se había ido. Knuckles exclamó un grito de frustración y golpeó fuertemente la pared haciendo un agujero en la misma.

–¡Demonios!– gritó muy frustrado.

–Knuckles tranquilízate, él...– intentó calmarlo Rouge.

–¡NO!, ¡Soy simplemente un fracaso!– gritó furioso tirando su placa y arma al suelo.

–No es tu culpa que él se haya desvanecido.

–¡¿Y qué me dices de Amy?!

–¡Fue un accidente!

–Pensé que los malos ya se habían ido, pero por lo que se ve aún hay problemas aquí– dijo la gata gris llegando al lugar.

–Es un mal momento para las bromas ¿No te parece?– regañó Rouge.

Dalia elevó sus hombros en señal de desinterés –Veo que el erizo negro volvió a usar mismo truco.

–¿Qué truco?– cuestionó Rouge.

–Sí, como aquella vez que me llevó con ese tal Eggman, dijo unas palabras extrañas y luego un destello blanco, cuando me di cuenta estaba en la oficina de aquella persona.

–¿Sabes cómo funciona?– preguntó Rouge intrigada.

–No, sólo sé que usa una esmeralda de color verde, una Esmeralda Caos para ser más precisa.

–Mmm... ya veo, ¿Y cómo dijiste que se contactaba contigo?- cuestionó la murciégalo.

–Por medio de un comunicador que me dio.

–¿Crees que se pueda rastrear la señal?

–¿De qué hablas?– preguntó la gata gris sin entender

–Sí, así fue como Knuckles te encontró; Tails rastreó la llamada de tu teléfono.

–De ser así...– habló pensativa –Podría usar mi comunicador y encontrar la ubicación de Eggman– dijo con una sonrisa.

–Exacto– exclamó Rouge –Knuckles hay que... ¿Knuckles?– Volteó a los lados y se dio cuenta que aquel equidna rojo no se encontraba en ningún lugar –¿Knuckles?– llamó de nuevo, divisándolo yendo hacia las escaleras. –¡Knuckles, espera!– pidió, pero sin lograr que detuviera su marcha –¡¿Qué hay sobre el caso?!

In the Eyes of a MurdererDonde viven las historias. Descúbrelo ahora