Escuchó las alarmas sonar y vio como luces de color rojo empezaban a encenderse por todo el pasillo y a brillar con gran intensidad –Rayos... Me descubrieron– dijo al escuchar por los altoparlantes sobre los intrusos. Rouge alzó vuelo y empezó por buscar una salida. Cruzó por varios pasillos y en uno de ellos chocó contra alguien que iba, al igual que ella, con gran prisa por salir de ahí. Cayó al suelo algo adolorida, había sido un fuerte impacto por la velocidad que ambos traían.
–¡Quítate de mi camino!– escuchó gritar.
–¡Tú fuis-... ¿Dalia?– dijo Rouge al reconocer a la gata en el suelo –Por fin te encuentro, he estado vagando aquí hace bastante tiempo en busca tuya.
–Vaya, la chica murciélago hace su aparición– dijo con diversión –Si no te conociera pensaría que te importo.
–Me alegro que me conozcas.
Ambas sonrieron. Después de todo ningún ladrón de tesoros podría importarle alguien que no fuese el mismo, o al menos eso intentaban aparentar sin importar qué.
–Me sorprende de ti Rouge, activando alarmas; pareces una principiante.
–No vegas a echarme la culpa querida, pues si no mal recuerdo tú parecías estar buscando una salida también.
–¡Alerta, intrusos en el sector 5!, ¡Alerta!– sonó por todos los pasillos.
–¿Sector 5?– dijeron ambas al unísono.
Dalia vio hacia los lados y pegado a una de las paredes vio un cartel que tenía un pequeño mapa del nivel y tenía por título 'Sector 2' dándose cuenta que ni ella ni Rouge habían sido las causantes de aquella alarma.
–Estos es el sector dos... parece que no arruinaste nada– habló con una sonrisa la gata gris.
–Vamos, tenemos que salir de aquí– ordenó Rouge alzando vuelo nuevamente.
Con ayuda de ese mapa lograron encontrar la salida sin problemas. Una vez llegaron al primer nivel encontraron el lugar hecho pedazos. Escombros de tabla yeso, concreto, vidrio y demás yacía esparcido por todo el suelo. Las luces del techo titilaban intermitentemente pues una o más balas perdidas habían impactado con el sistema eléctrico.
–¿Qué rayos pasó aquí?– se cuestionó la gata gris al ver los restos de computadoras por el suelo, al igual que los agujeros de balas por doquier. Habían varios hombres en el suelo, algunos eran sólo cuerpos sin vida, otros parecían sólo estar inconscientes.
–¿Qué es todo esto?– preguntó Rouge viendo hacia los lados. Empezaron a caminar en aquellos escombros y entonces escucharon a alguien sollozar, era una eriza rosa y parecía abrazar algo con fuerza.
–¿Amy?– cuestionó Dalia al reconocerla. –¿Qué tienes ahí?
–Él tenía razón– murmuró abrazándolo con fuerza.
Conforme se acercaron pudieron distinguir mejor qué era lo que ella sostenía con fuerza. Dalia se quedó asombrada al ver al equidna rojo en sus brazos. Se acercó corriendo a ella dándole una vista rápida al oficial caído cuando algo llamó su atención, un agujero de bala en su cabeza había terminado con su vida. –Falleció– musitó la gata gris al ver la sangre que corría por cada púa del equidad. Amy lo abrazó con más fuerza, llorando sin control sobre el cadáver de su amigo y pareja.
Rouge vio a la eriza en la distancia y luego lo distinguió a él. –Knuckles– llamó con un nudo en su garganta. La eriza rosa calmó su llanto al escuchar el susurro de su voz en el aire. Amy la vio de reojo notando aquella mirada que poco a poco se apagaba; fija en el equidna sin vida entre sus manos. Rouge cayó de rodillas al suelo, sin importarle el dolor de los pedazos de vidrio incrustarse en ese momento en sus rodillas por el impacto. Una lágrima fugitiva rodó por su mejilla y no dijo nada más
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In the Eyes of a Murderer
Fanfiction¿Cuánto estarías dispuesto a sacrificar por amor? ¿tu liberta? ¿tu felicidad? ¿tu vida? No existe amor para los asesinos, no puede existir, pero si lo hiciese ¿qué tan lejos llegarían para conservarlo?