La Pelea parte II: Encontrando a Eggman

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–¡Es hora de tu juicio final!– gritó señalándolo –Y el día de hoy yo seré tu verdugo...– escuchó pronunciar la amenaza de aquel erizo azul.

Parecía que por fin aquella desinteresada y traviesa sonrisa se había borrado de sus labios. Shadow sonrió al escucharlo decir eso, era la primera vez que podía decir que actuaba como un verdadero asesino, y eso le agradaba. Si una pelea quería, con gusto se la daría. Si bien Sonic no había sido el responsable de la muerte de María, sin duda era un muy buen candidato para empezar a liberar esa furia que había llevado contenida por años.

–Parece que por fin logras entender qué es lo que hacemos los asesinos– habló con una sonrisa maliciosa el erizo negro, sacando su arma y cargándola.

–No te perdonare todo lo que has hecho... ¡Lo que nos has hecho!– gritó furioso, poniéndose en posición de ataque.

–Perfecto, porque no busco tu perdón.

Amy mantenía su mirada en el erizo conocido como Shadow the Hedgehog, y luego miraba de reojo a Sonic, viendo el parecido entre ambos, sin embargo, no estaba segura que él hubiera sido el responsable de la muerte de Knuckles, aunque eso no parecía ser importante, pues Sonic parecía tener sus propios motivos para librar esa batalla.

Rouge fijó su vista en el erizo azul, sin comprender qué hacía con Amy después de lo que ella había dicho, acusándolo como el asesino de Knuckles, aunque eso no le importaba, si el erizo azul realmente había sido el asesino de Knuckles ella misma se encargaría de patearle el trasero, para poder asegurarlo necesitaba encontrar a Eggman primero.

–Shadow ¿Qué crees que estás haciendo?– preguntó molesta –No hay tiempo para esto, tenemos que...

Pero antes de que pudiera terminar su frase el erizo azul se lanzó contra Shadow, para así, derribarlo con éxito haciendo que perdiera su arma por el impacto.

–Parece que pelearás sin ayuda– habló Sonic con una sonrisa. El erizo negro lo empujó con ambas piernas lanzándolo contra de las gradas de cemento. –No necesito mis armas para darte una paliza... Faker– dijo poniéndose en pie. El erizo azul se levantó del suelo y corrió hacia él nuevamente, dando inicio a la pelea.

Un rayo azul y dorado se miraba por diferentes partes de la calle chocar bruscamente uno contra otra en una pelea épica.

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Caminaba hacia la comisaría con la esperanza que Amy hubiera podido tranquilizar al erizo azul y para que éste así pudiera cumplir con su parte del trato, pero antes de ir hacia allá quería ver si realmente Dalia se encontraba bien. Tails fue al hospital de Station Square y preguntó por ella, las enfermeras le indicaron la dirección. Caminó hacia la habitación predicha por éstas y llegó hacia donde ésta se encontraba. Abrió la puerta con sumo cuidado y vio como ella se encontraba con el control remoto de la televisión en la mano cambiando los canales rápidamente.

–¿Dalia?– llamó por lo bajo.

–¿Uh?– exclamó divisando al zorrito de dos colas parado en la puerta –Vaya, vaya, miren lo que trajo el gato. Espero que vengas con mi esmeralda.

–¿Te encuentras bien?– preguntó entrando.

–¿Llamas a estar bien haber perdido casi toda mi sangre por un disparo láser? Yo no lo creo– reprochó exasperada.

–De acuerdo, no estás bien– consintió sonriendo divertido –Dalia, vengo aquí no sólo para ver cómo estás, también para saber exactamente quién te hizo esto.

In the Eyes of a MurdererDonde viven las historias. Descúbrelo ahora