–¿Me ayudarás o no?– preguntó Sonic impaciente.
Amy se acercó al zorro llevándolo al otro extremo de la oficina en un intento de que Sonic no escuchara nada.
–Jamás podrás atraparlo, es demasiado bueno como para que alguna de nuestras prisiones logre retenerlo por más de unos cuantos minutos– susurró viendo la expresión de desagrado de Tails –Esto es lo mejor que nos puede pasar y sabes que tengo razón, acepta el trato.
Tails se mordió el labio inferior sabiendo la veracidad de las palabras de Amy. Por mucho que odiara admitirlo, sabía que ninguna de las prisiones que tenían podrían detenerlo. Resopló molesto dirigiendo su atención al erizo azul, quien tenía aquella expresión impaciente en su rostro, asintiendo con la cabeza de mala gana.
–¡Bien, tenemos un trato!– gritó emocionado el erizo azul –Primero abre aquel documento y luego yo hablaré.
–¡¿Por qué yo...– la mano de Amy sobre su hombro lo hizo callar, entendiendo qué significaba.
Suspiró pesadamente y se dirigió nuevamente a su escritorio tomando aquel teléfono para luego conectarlo a la computadora y así ver aquel archivo que, como le había dicho el erizo azul, estaba protegido por una contraseña. Le tomó un par de minutos antes de poder evadirla. Un documento se dejó ver, llamado Proyecto SSS. Tails abrió la carpeta y dentro de la misma vio tres documentos dentro, cada uno con nombres diferentes: "Sonic, Shadow, Silver" eran los nombres asignados a cada documento.
–Bien, listo.
–¡Genial!– dijo acercándose a la computadora moviendo al zorro a un lado, alejándolo de la computadora. –Veamos que tenemos aquí.
Sonic vislumbro el nombre de él y de sus compañeros, extrañándolo. Abrió el archivo que estaba bajo su nombre, leyendo con cierta impaciencia su contenido sin saber su origen.
–¿Y bien, qué dice?– preguntó Tails al ver la expresión de seriedad del erizo.
A lo cual él no respondió, pero según pasaba el tiempo, su expresión parecía cambiar a una más lúgubre. Suspiró pesadamente dirigiéndose a donde Amy yacía expectante por igual. Tails la tomó del brazo guiándola fuera de la oficina, algo en él le decía que sería mejor de esa manera. Amy salió casi a rastras, viendo como Tails cerraba la puerta detrás de él, aún viendo a Sonic por el cristal.
–¿Qué sucede?, ¿Qué decía el documento?– preguntó Amy curiosa.
–No lo sé– negó con la cabeza –Eran tres documentos bajo los nombres de: Sonic, Silver y Shadow.
–¿Qué dirá el documento bajo su nombre?– se preguntó.
–Amy, hay algo que yo necesito saber– habló Tails con seriedad, haciendo que lo volteara a ver.
–¿Qué cosa?
–¿Quién fue el responsable de la muerte de Knuckles?– preguntó con seriedad.
Amy les había hablado de aquella noche y como una sombra con una voz extraña le había quitado la vida a Knuckles, indicando que esa voz había sido nadie más ni nadie menos que Sonic the Hedgehog, el erizo a quien ahora intentaba ayudar. Algo no estaba bien, y ahora Dalia yacía en el hospital herida por el supuesto asesino de Knuckles.
–No lo sé– dijo cabizbaja.
–¡Pero tú dijiste que había sido él!– le recordó.
–Lo sé, pero...– calló regresando su mirada a aquella ventana, en donde aún podía observar al erizo. –Me equivoque, Dalia me lo dijo.
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In the Eyes of a Murderer
Fanfiction¿Cuánto estarías dispuesto a sacrificar por amor? ¿tu liberta? ¿tu felicidad? ¿tu vida? No existe amor para los asesinos, no puede existir, pero si lo hiciese ¿qué tan lejos llegarían para conservarlo?