A New Life

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–Es hermoso, ¿No lo crees?

–Realmente lo es... ¿Dónde estamos?– preguntó ella con suavidad.

–Son unas viejas ruinas... se llaman Mistic Ruins. Se dice que aquí había guardianes que cuidaban unas gemas únicas en su tipo.

–¿Esa es una de ellas?– dijo la murciélaga con su mirada fija a la parte más alta del altar.

–Sí, su nombre es The Master Emerald.

–Sólo alguien como tú sabría datos tan triviales como esos– se burló con una sonrisa dulce, para luego poner una expresión suave en su rostro y desviar su mirada hacia aquel suelo de granito. –Te he extrañado mucho... Knuckles.

–¿Por qué?– cuestionó él –Siempre estoy a tu lado.

Rouge vio al equidna que sonreía con esa actitud triunfante. No pudo evitar derramar un par de lágrimas y ocultar su rostro para que él no lo notara. Él se acercó a ella dulcemente y la vio a aquellos ojos que ahora brillaban aún más por aquellas gotas que resbalaban por sus mejillas.

–Este es el tesoro más hermoso que he visto...– dijo antes de rozar con sus labios los labios de ella, para así robarle un beso.

–¡¿Rouge?!– escuchó decir.

Abrió sus ojos violentamente y una luz blanca sobre su rostro provocó que cerrara sus ojos casi al instante.

–Por fin despertaste– dijo una gata familiar –No sabía cuánto más seguirías con este melodrama– se burló Dalia divertida.

–¿Dónde estoy?– preguntó desorientada.

–En un hospital obviamente– respondió Dalia–Después de haberte quebrado tres costillas y haberte perforado el abdomen dónde creías que ibas a parar.

–¿El hospital?

–Sí, fuiste una de las peores en llegar acá. Agradece que Amy llamó a Tails para que enviara ambulancias al lugar o todos ustedes hubieran muerto allá– puntualizó ella –Eso es lo que pasa cuando no llevaban a alguien que sabe hacer su trabajo.

Rouge se mantuvo con su mirada fija en su regazo. No podía creer que aquello hubiera sido sólo un sueño. Tocó sus labios suavemente, aún sintiendo los de él posados sobre los de ella.

Tenías que esperar a morirte para por fin robarme un beso... tenías que ser un cabeza de nudillo– luego de ese pensamiento rió por lo bajo, desconcertando a Dalia.

–¿De qué te ríes?– preguntó confundida.

–De nada– negó moviendo suavemente la cabeza a los lados –Oye, ¿y los otros?

–Cada uno está en habitaciones diferentes.

–¿Cómo están todos?

–No lo sé– respondió fijando su vista en la puerta de aquella habitación –Amy tendrá que usar yeso por al menos un mes creo yo. Los erizos creo que estarán bien, sólo parecen cansados y maltratados, fue una verdadera paliza la que les dieron allá; ellos se recuperaran pronto, pero la gata lila...

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Cerraba sus ojos y aún recordaba aquel suceso. No podía sacar de su mente el momento en el cual, por culpa de él, ella había recibido aquel golpe mortal.

Inicio del Flash Back

Silver vio como ella caía a sus pies manchando aquel suelo de metal con su sangre. Sus ojos se llenaron de lágrimas al verla yacer sin ninguna esperanza de vida. Cerró sus ojos con fuerza gritando con fuerza, sintiendo cómo su cuerpo liberaba todas esas emociones alborotadas dentro de él. Una onda psíquica salió de su ser destruyendo todo lo que estuviera en su camino, incluyendo los robots que aún quedaban en pie. Los pedazos de robots cayeron por todo el recinto, cual lluvia de cometas.

In the Eyes of a MurdererDonde viven las historias. Descúbrelo ahora