12. Revelaciones

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La conocí en la iglesia,
pero ella podría ser Satanás.
- Ferrari

La habitación de América no era como ella y Zach se la habían imaginado. El papel tapiz rosa de sus recuerdos no era el que estaba observando y tampoco había pósters de celebridades ni bandas pop.  En lugar de eso, las paredes eran blancas y en una de ellas estaba escrito muy pequeño con tinta negra indeleble la frase: Temps d'aller.

Hora de irse, repitió ella en voz alta y Clarice respondió creyendo que le había hablado a ella.  Pero la mente de América estaba en otra parte. Las posibilidades de que fuese una persona bilingüe fueron notorias, y se emocionó con sólo imaginarse a sí misma hablando francés fluido.

- Entoces... ¿Me recuerdas a mí? - le preguntó su hermana, mientras desempacaba las pocas prendas que estaban en las maletas.

- Lo siento, no. - contestó America con tristeza. Deseaba que todo fuese normal, que pudiera tener una vida normal. - ¿Podemos hablar de mí, de lo que hacia, de dónde venía?

Clarice sonrió y asintió.

- Supongo que debería presentarme. - rieron juntas. - Me llamo Clarice y soy tu hermana mayor. Nuestros padres son Sarah y Vincent.

Más temprano, después de que los chicos se fueran, su madre llamó a un médico particular y se refirió a él como "el médico de cabecera de la familia". Este sujeto amable no alarmó a ninguna. Le hizo a América una serie de preguntas sobre los hechos y la conclusión fue la más obvia: el golpe en la cabeza le había provocado la pérdida de memoria de largo plazo. Recetó unos medicamentos que acelerarían algo en su cerebro para que los recuerdos pudieran hacerse  presente con más frecuencia y sugirió que le hablarán de su vida para que se esforzara.

Estaban solas en casa, su madre había ido por las medicinas.

- Tu nombre es Amelia Grace Kingsley, mucho más pretencioso que el mío. Tu cumpleaños es el 23 de agosto y eres virgo, aunque siempre pensamos que eras Leo por culpa del horóscopo en un periódico mal redactado.

¿Qué les pasaba a todos con la astrología? Cuando conoció a Jesse, él también trajo una parte de ese tema.

- Vives en Nueva York, asistes a la escuela de artes, no porque seas una gran artista sino porque te obsesiona la historia. - Clarice rodó los ojos. - Aburrido, obviamente.

- ¿Y tú que estudias? - atacó América.

- Soy sub chef en un restaurante de Los Ángeles. Kyle es el primer chef.

- ¿Quién es Kyle?

- Mi esposo. - explicó.

- ¿Y dónde está? - volvió a preguntar.

- Con papá, comprando piñas para el postre... Y ahora que lo pienso, se están tardando demasiado.

- Papá...- susurró América.

No recordaba a su padre, tampoco lo había hecho con Clarice pero sentía la conexión sanguínea entre ellas. Se preguntaba cómo sería él, que color de ojos tendría.

- Tengo una pregunta. - dijo América. - ¿A papá le gusta Bee Gees? ¿Depeche Mode?

Clarice la miró confundida, arreglándose el cabello tras las orejas.

- ¿Qué clase de pregunta es esa? Bueno, sí. Sí le gusta Bee Gees. La otra banda no lo creo, nunca compró discos de ella.

- ¿Julián Vaugh? - preguntó.

La expresión de Clarice se profundizó.

- Debe ser una broma. ¿Recuerdas a esa persona y no a mí?

AMÉRICA [zach abels]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora