2. Nombres

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Hace dos noches, ella tenía esa mirada en sus ojos

Un caleidoscopio, pero eso es sólo la mitad del tiempo.

- W.D.Y.W.F.M

La luz se filtraba a través de las persianas en la última habitación de autobús. La cama estaba desecha y parte de las sábanas estaban en el suelo. El baño de aquel dormitorio no era más grande que el que tenían los aviones, sin embargo una ducha alcanzaba cómodamente para una sola persona que no fuera muy inquieta mientras se bañaba.

El vapor había empañado el único espejo que tenía cerca y con una mano limpió la humedad de él. Una chica con la frente roja y el cabello oscuro separado por una raya en medio se reflejaba y se apreciaba con recelo. La noche anterior había sido demasiado confusa. Seguía sin recordar nada, como nombres, direcciones o números, pero un nuevo recuerdo había surgido de su mente hecha un nudo. También dirigía a California cuando el accidente sucedió, pero no sabía a qué sitio específicamente o a quién vería. Pensaba que tal vez los integrantes de la banda que la habían recogido eran sus ángeles de la guardia. Las imágenes del museo eran lo único que la relajaba. Sabía que era importante, al igual que la poesía de Charles Baudelaire que no había dejado de repetirse sin cesar antes de quedarse dormida.

Cuando salió del pequeño baño vio que ya había amanecido y se sentó sobre la cama para volver a ponerse la ropa que había traído puesta el día de ayer. Un par de jeans y botines militares, y una camiseta negra con una absurda inscripción amarilla que decía Vincent Van Gogh Away.

Hizo la cama y miró por entre las persianas lo que tenía afuera. El autobús estaba en movimiento por un trecho arenoso, el cielo se había despejado y estaba todo azul. Cuando despertó había tenido miedo salir de la habitación, sin embargo al pasar el tiempo decidió salir del cuarto para ver si los hombres que la habían rescatado anoche ya estaban despiertos.

Salió cuidadosamente, para no hacer ningún ruido, caminando de puntillas sigilosamente entre las literas que estaban divididas en pares de lado a lado. Las cortinas estaban cerradas por lo que no puedo saber si estaban aún durmiendo o ya estaban despiertos.

No conocía el autobús. Había despertado en un espacio que incluía un sofá grande y marrón y frente a él una televisión de pantalla plana. Cuando dejó atrás las literas se encontró con una cocina y a uno de los integrantes de la banda. Ni siquiera sabía qué banda era, si eran famosos o simplemente abrían los conciertos de otra gente. Pero para su buena suerte, el que había encontrado despierto era el que le había caído bien la noche anterior, por su paciencia y su silencio.

- ¿Zachary? – preguntó dudosa, haciendo puños con sus manos.

Él, que no la había visto entrar, escupió el cereal que tenía en la boca.

- Zach. – respondió, limpiándose las comisuras de los labios con su propia mano.

- Lo siento. – dijo ella. – Pensé que era la única despierta.

Zach le sonrió de lado con los labios pegados el uno con el otro.

- Generalmente lo soy yo. – se hizo a un lado en el asiento largo pegado a las paredes el vehículo que estaba junto a una mesa de la misma longitud. – Siéntate.

La chica obedeció, dudando de todo lo que tenía cerca.

- Me permití usar el baño, ¿te molesta?

- No, no. Bañarse es bueno. - contestó el comiendo otro bocado de cereal y leche.- ¿Te gustaría un poco de esto? Es lo único que hay hasta que lleguemos a alguna ciudad.

AMÉRICA [zach abels]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora