Sólo matamos por diversión...
- AnónimoSus risos color oro, sobre el cojín de cama, boca abajo, sus ropas en el suelo de mi habitación, su hermosa curva y su piel blanca y suave, esa colonia a vainilla, y bueno los ciento cuarenta y nueve vampiros, que la han tocado, era increíble ya que llevaba menos de un año siendo Inmortal. Con lo que debería poder tener a una que sea pura, a una que sea cien por ciento para mi, alguien que sea virgen, a todas las han tocado, a todas las han besado, a todas las quiero en mi cama.
Su corazón que latía por minuto, se escuchaba en mis cuatro paredes, El diamante que le regale cuando le propuse ser mi nueva sacerdotisa brillaba con la luz del sol resplandeciendo de mi ventana. Mi nueva Sacerdotisa, o una de ellas, Amelia, era la mejor, ja! Por algo estaba en mi cama, su tatuaje de dragón en la espalda que terminaba abajo de Su trasero le lucía bien. Sin duda hoy en la noche estaría con Glenda mi otra sacerdotisa, no la eh tocado en días.
Alicia era tan hermosa. Necesito empezar a tramar algo, y sobre todo necesito que me deje de gustar, necesito que me deje de poner el miembro erecto. Necesito dejar de pensar en eso y saciarme de mis sacerdotisas.
- Amelia, ya puedes salir de mi cuarto, avisa a Miranda que la necesito. - Dije aventándola con un brazo de la cama.
- Mierda Kaulitz, por que siempre haces eso? - Dijo poniéndose de pie
- Vas a salir o hago que que maten ahora mismo? Dije con una sonrisa en el rostro.Amelia salió de la habitación, hoy sería un buen dia, pero bueno todo puede cambiar si yo quiero. Tenía tantas cosas por realizar hoy, tantas cosas por ver. Y tanta vida por coger. Siglos y siglos, y me sentía tan sólo en este gran castillo, nadie sabía de el. Siempre me eh encargado de que nadie sepa de su hubicasion. Estaba cansado, la casería de los últimos días había sido muy agotadora. Claro no a todos nos tocaba lo mismo, yo tenía sangre humana. Los demás sangre animal. La sangre de un pequeño puma podía durar semanas. Pero la de un Humano no. Siempre vas a querer tener más y más.
El sonido de mi puerta.
- Me mandó a llamar? - Dijo Miranda.
Pobre de ella, parece que fue ayer cuando tenía 19 años y ahora 84, tiene memoria es lo más impresionante, Humanos a su edad se están muriendo en las calles. Aún que ella también morirá pronto. Recuerdo sus hermosos cenos redondos y grandes, su figura y su trasero amoldado.
Era una maldita zorra igual que todas. Tuvo relaciones con Elias antes que con migo... No entiendo como Elias se enamoró de esta perra. Y peor a un que ella me prefiriera a mi. Al fin de cuentas no le sirvió de nada.
- Prepara mi baño, el traje de color. Y el abrigo, ah y necesito que pongas Rosas Rojas en toda la casa. En cada cuarto, en cada cama, en los suelos. En mi habitación, velas. Lo necesito todo excelente.
- Va a traer a sus mujeres señor? - preguntó con una sonrisa
- A pesar de tu edad sigues igual de irritante.
- Algo más?. - preguntó con esa voz tan lenta y con una curvatura en su espalda.
- No, cumple con lo que te pedí.A pesar de su edad no se veía tan mal, tenía fuerzas, sus cabellos blancos, sus manos arrugadas, desde la cama podía ver cómo se llenaba las manos de sangre para mi baño. Pobre mujer, en este mundo solo ella sabe que existo. Al igual que la inmortalidad. Pero claro sólo nació para servirme a mi.
- ahora vete. - Dije mirándole
Salió de la habitación, salí de la cama sin nada de ropa, camine a la tina enfrente, sangre, era tan delicioso ... Me quedaría aquí por un buen rato.
La luz del sol entraba por la habitación, deje la ventana abierta, estaba tan cansada. Dormí con la lencería puesta. Me puse de pie. Hoy vería a Tom. Pude notar en mi celular que eran las tres o más tarde. Cada vez dormía más, me puse de pie, me quite la lencería y decidí por una bata de baño, salí de la habitación. Llamando a Lu. Pero no me respondía. Baje las escaleras, y ahí estaba Lu, limpiando la ventana. La misma ventana.
- Que se te ofrece? - preguntó
- No, sólo quería ver si estabas. - dije caminando a la cocinaCamine a la cocina. Hoy sería un gran día. Vería a Tom, mi nueva vida comenzaba, serví un poco de leche en un vaso, eso era todo. No tenía apetito. La televisión estaba encendida, nada importante. Salí de la cocina, Lu seguía limpiando la ventana. Subí las escaleras, cerré muy bien la puerta y la ventana odiaba que está se abriera. Me quite la bata y entre a la ducha, agua fría era la mejor, pensaba en como sería hoy todo. En que pasaría. En si a Tom le gustaría como me vea, y la sorpresa. Estaba nerviosa, pero tenía un plan.
Tengo a dos hombres comiendo de mi mano. Pero no tengo al que me gustaría. A Bill, sólo con el o con Elias estaría dispuesta a tener algo como es el sexo. Pero Tom va a ser mi línea de llegada a Bill, por medio de el conoceré todo de el. La seriedad ya no me va. Pero con Bill. Seguiría siendo la misma niña inocente.
Salí del baño, mi celular comenzó a sonar.
Elina!- Hola Eli!
- Por que no me has llamado?
- llame ayer, no contestaste. - dije sentándome en la cama.
- Estaba ocupada! - Dijo
- y el trabajo?.- pregunte
- Bien hija, todo está bien. - dijo con voz baja. - Me tengo que ir, hablamos después. Adios Alicia!Que? Me colgó, ella no hace eso. Intenté volver a marcar pero apagó su teléfono. Me puse de pie, tire la toalla de baño al suelo, Tome el vestido negro del guarda ropa, las medias con la lencería del cajón. Tome mi bolsa y saque el poco maquillaje que tenía, no iría como payaso con Tom, sólo aplique un poco, brillo, maquillaje, Rímel. Nada formal. Lo que debía lucir era mi cuerpo.
Comencé a peinar mis cabellos rubios, eran las 6:58 el día pasó volando, camine a la cama, jamás había estado tan nerviosa. Y ahora lo estaba. Y no debía. Tengo que estar segura. Tengo que verme segura.
Comencé a ponerme las medias, y la lencería, recordé que cuando llegue Elias me dejó dinero en un jarrón, tomaría un poco antes de irme. Tome el vestido negro, me sentía un poco extraña, no creía el echo de tener puesto unas simples medias. Me coloqué bien el vestido y en la cintura una cadena delgada en plata. Y unas zapatillas color plata que igual me regaló Elina. Si me pagaran por no saber usarlas sería millonaria. Mis labios eran Rojo intenso. No podía salir, pero quería salir, soy una maldita cobarde.
- Alicia, te vienen a buscar. - escuche a Lu al otro lado de la puerta.
- Gracias, en un momento bajo. - Dije
Estaba nerviosa, no podía, tenía miedo. Pero ya no debía tenerlo. Tome la Rosa negra, me mire al espejo. Era el momento. Salí de la habitación, tropezaba un poco con las zapatillas, estaba nerviosa. Baje las escaleras, el candelabro resonaba en mis oídos.
- A donde piensas ir vestida así? - preguntó Lu
- Ni importa.
- El señor dijo que no te dejará salir. - dijo tomandome del brazo
- No tardaré, el dijo que no fuera lejos y no lo haré.Me safe de su brazo, tome una llave dorada del cajón. Abrí la puerta, había una camioneta negra, con los vidrios blindados. Estaba nerviosa mi corazón palpitaba al mil.
Lo vi, bajo de la camioneta, caminaba hacia mi, me miraba y sonreía estúpidamente. Quería correr adentro de la casa. Sostenía fuerte mente la rosa en mis manos.
- Hola cariño. - Dijo dándome un beso en la mejilla
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MI POBRE HUMANA ( Bill Kaulitz)
FanfictionJamás me había detenido a pensar en que sería de mi en un futuro, en quien sería el dueño de mi alma, ni en el como sería. Sólo sabía que algo grande estaba por suceder, mi camino, mi vida, mi historia. Pero el apareció... Justo cuando yo tenía a...