Cap. 2 "Bill Kaulitz"

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QUIEN LA INMORTALIDAD LOGRO, HACE TIEMPO QUE MURIÓ.
- Anónimo

- Señor Kaulitz tenemos un problema - dijo Nicolás entrando a mi despacho
- Te eh dicho que toques la puerta Estupido.
- Señor Kaulitz Su esposa pide verlo, es de vida o muerte...

-De vida o Muerte.... La vida.... Me preguntó de que servirá si no es sólo para matar, y beber sangre. Para un Humano... Eran metas, lujurias, pasión, Amor, sueños. Pero y la muerte que es para un Humano? Tal vez sólo sea un ciclo que cumplir. Y para un Vampiro? Ja! Para nosotros la muerte No existe.

- Dejala morir es una Sacerdotisa su momento llegaría, aparte que podría hacer su pobre Amo? .- Dije saliendo de mis pensamientos.
- Señor...
- Nicolás, puedo preguntar que demonios sucedió con la junta De Jenglot?
- Señor Jenglot esta echó y lo esperan abajo. - Di que esperen, bajare enseguida, cierra la puerta al salir. - Dije poniéndome de Pie.

La oscuridad era mi amiga en este momento, sólo de nuevo, sin ninguna Hembra digna de estar a mi lado. Pero de que estoy hablando, si yo era quien escogía a quien llevar a la cama, a quien hacer sacerdotisa, a quien hacer mi carnada perfecta. Pero sólo existían perras, hembras sin ningún como le dicen los demás... Sin ningún chiste. Sólo opacaban todo. Sólo para eso sirven esas que se hacen llamar mujeres....

Tome lo que quedaba de mi copa de sangre, sangre oscura, inocente, como la del niño de la noche anterior en el Parque. Claro esa era la sangre que estaba bebiendo.

Salí del despacho, camine hacia el pasillo de los espejos para luego bajar las escaleras, todos estaban con una copa en mano, las Vampiresas claro con ese corcet que dejan sus hermosos pechos pálidos y fríos al aire. Bueno pensándolo bien creó que no es tan malo eso a lo que los humanos le llaman mujer.

- Por favor atención, nuestro señor de las Tinieblas el amo Bill Kaulitz esta aquí.

-Buenas noches mis compañeros de Jenglot - dije bajando las escaleras con mi gran copa en la mano derecha, esperando la atención de Todos.

Claro que si, los vampiros miraban y esperaban con ansias mi respuesta. Las perras entusiasmadas por saber a quien llevaría esta noche a la cama. Y por supuesto, a lo lejos mi Estupido Hermano Tom, con dos mujeres a cada uno de sus lados como siempre.

- Señor Bill Kaulitz todos estamos esperando la respuesta sobre el Inframundo, mi señor le recordamos que sería mejor para todos nosotros, y para usted. Las mujeres serían nuestras esclavas, los niños un poderoso Alimento, y los hombres, bueno los hombres serían lo que usted mande mi señor.

- Andrew lo pensé bien, y mi respuesta es si. - Dije con una gran sonrisa al ver que todos brindaban. - Pero mis fieles amigos será con una condición.

Todas las mujeres que sean halladas sólo en Londres me las traerán, sólo pueden tener entre 13 y 20 años, no quiero más. Escogeré algunas para mi.

- Señor, puedo preguntar que hará con los Hombres? - preguntó curioso Tobías

- Pequeño Tobías, los hombres servirán para eso mismo para servirnos a todos nosotros en todo lo que queramos, el mundo no será el mismo mis jenglot, el mundo sucumbirá, el mundo será nuestro, y saben por que... Simplemente por que somos la bestia más temida, pero la menos esperada.

Todos comenzaron a beber la sangre en sus copas, felices.

- El Inframundo será en 5 amaneceres más, ahora por favor diviertanse, yo tengo un asunto que atender. - dije marchándome, mirando la cara de desilusión de las perras.

Subí las enormes escaleras, llame a Miranda, ella era una señora ya grande que no sabía lo que sucedía a su alrededor. Estaba tan loca, y sin duda era tan tonta.

- Voy a salir, regreso nose pasado mañana por la noche, necesitó casar algo. .- dije mirándola para que ella me diera el abrigo de piel oscuro.

Salí por el balcón de aquella enorme habitación, con el gran marco de Oro, salí a ver quien sería el número 3666...

MI POBRE HUMANA ( Bill Kaulitz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora