13 de marzo: día de alas, día de vueltas

72 3 0
                                    

Era un amigo, solo eso. Pero el sueño me demostró que era un amigo especial.

~~~~

Era la misma historia sin pasión, no tenía demasiadas ganas de empezar de nuevo pero no tenía más opción. Más de la mitad de relaciones que he tenido han sido por olvidar y esta no tenía porque ser una excepción.

Marzo me estaba consumiendo como febrero aunque algunos días ya empezaba a salir el sol. Yo aún tenía ganas de verano, de junio, de agosto pero sobretodo de Julio.

Aunque ahora tocaba esperar que pasara el invierno y aguantar paciente el calor.

Mientras tanto vuelvo a descargarme la aplicación y busco a alguien parecido a él. Soy tonta... ¿No debería estar pensando en olvidarlo? Pero que más da...

El viernes te llamé volviendo a casa y aun haber bebido demasiado decidí hacerlo. Era eso o entregarme a los borrachos de la esquina con la esperanza de que hicieras como Edward Cullen...

Y me lo cogiste. Hablando acabé llorando y poco a poco todo empezó a ser como en el caluroso enero.

Y acabé en mi cama tocándome con tus manos, con tu olor en mi almohada y tu sudor en mi colchón. Ojalá pudiera recordar más pero solo sé que mis lágrimas fueron más saladas que cada gota de cada océano del planeta y que después fueron más dulces que la miel de diez mil colmenas de abejas.

Jamás había acabado amor, jamás. Y ya me voy a dormir tranquila, te amo.

~~~~

Tu te arrepientes y el sábado vuelves a salir con esa tonta. Yo decido quedar con otro el domingo y olvidarte de una vez por todas.

Se llama Marco y le gusta Diego Ojeda, es perfecto.

Quedamos a tomar algo en mi ciudad, qué casualidad que él viva por tu zona... Vamos a tomar algo y yo me pido un Cacaolat como aquel día y Marco un café, como tú.

Cuando se marcha sonrío y empiezo a superarte, ya era hora de que bajaras de mi bajel.

Camino rápido moviéndome alegremente y canto porque al fin y al cabo no hay nadie en la calle. Pongo Adolescentes de Kiko y Shara en mi móvil y hasta recuerdo los pasos de ballet, cómo lo echo de menos...

Apunto de llegar a casa feliz e independiente por fin, apunto de disimular esta pequeña pero gran felicidad, me llega un mensaje y todo se cae en picado.

Viendo lo que decía me muero y a los pocos segundos las lágrimas no me permiten volver a enfocar la mirada. Lo maldigo todo sin saber que después lo bendeciría y dejo pasar unos minutos antes de contestarte.

Era Julio, sí, otra vez Julio. Expectante al siguiente suceso, preparado para volver a incendiar mi existencia y listo para su próxima aparición. Y... YA. Ya ha vuelto.

Me llamas y te disculpas, yo aún con la incertidumbre de si me quieres y tu con el enigma de no contestar.

Aún así me estremezco, me ilusiono como hacía tiempo que no. Y sin pensarlo me pongo el clásico Walking on Sunshine de los 80 y salto por toda mi alcoba, pero no estoy loca, aún...

Hora de cenar, yo sin poder parar de reír y mis padres de domingo noche, cansados y diciéndome que me callara, que no oían las noticias.

Le explico a mi amiga poeta Miriam y ella sabe cómo aconsejarme pero yo no sé nada... Este es el problema.

O igual sí, sé que quiero rendirme en tus brazos y abrazarte para nunca más dejarte ir. Sé que quiero una vida contigo o al menos otro día más a tu lado, sin prisas, sin preocupaciones pero con magia, mucha magia.

Y a seguir, en una semana nos vemos, Julio, en una semana te beso...

Y cuando lo conseguí a él, ya quería volver a estar contigo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora