Y cuando lo conseguí a él, ya quería volver a estar contigo...

14 de febrero: día de batines, día de chinelas

Un día como cualquier otro, en casa, estudiando. Diego se acuerda de mí, el único pero ¿qué más da? Hoy no toca celebrar nada, al menos no para mí.

Hace más de veinticuatro horas que llevo el pijama, puta vida... Más tarde volveré a la bañera a recordarte pero esta vez no te lloraré, no.

Quizás vuelva a sentir tus impávidas manos sobre mi piel, mojándome, mojándonos pero no lo sabrás, no esta vez.

Qué inútil, debería dejar de escribir sobre tí... Y lo haré, algún día. Eres malo como los otros, incluso más aún. ¿Quién dijo que no existía el verbo remorir? Tú me lo has demostrado.

Así que basta, prefiero ir a ver a Eros Ramazzotti esta noche a ir a verte a ti, mentiroso.

Hoy es el día, viento impúlsame.