21 de marzo: día de poesías, día de primaveras

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Y lo hago, me escapo sin pensar en el después. Llena de locura y apunto de aclararlo todo, valiente y decidida me dirijo a ti, Julio.

Llego y te espero, quiero verte cuanto antes pero me muero pensando en el momento. No nos hemos visto desde nuestro último beso y, sí, las cosas han cambiado suficiente.

Al otro lado de la plaza de nuestra despedida me siento y le cuento a Miriam mi fuga. Y llegas tú tan como siempre, tan como cuando moríamos de amor. Y quiero morderte, quiero agarrarte tan fuerte que te doy dos besos y me pongo a andar a tu lado.

Y yo solo puedo pensar en aquellos días cuando pisábamos fuerte cada calle dejando nuestros pasos marcados como señal de nuestro amor, y ya todo ha acabado. Ya eras uno más, otro chico presente en mi lista de los ex, otro chico de mi pasado. Y yo empiezo a pensar que esto es lo mejor, que si duró poco es porque estaba destinado así, que si acabó es porque sí... Y yo dejo de ser tu prioridad y paso a ser tu anécdota, la chica de la que te enamoraste un día de octubre y que dejaste de amar otro de febrero. Y yo no quiero pensar más en ti porque me duele pero solo quiero que sepas que para mí nunca serás uno más...

Y en diversas ocasiones quiero tocarte, quiero sentirte a mi lado, quiero aferrarme a ti... Y tú ya amas a otra, mi mundo se derrumba y tú huyes con una promesa que sabes que no vas a cumplir porque no volverás a verme, ya no, ya no... Y así continuaremos nuestras vidas, tú la tuya, yo la mía, emprendedores de nuestro camino, guías de nuestro destino. Sin miedo alguno volveremos a sentirnos grandes al lado de otros, volveremos a amar, volveremos a odiar... Y daremos la espalda a todo aquello que nos asusta porque ya no queremos tener miedo, solo queremos vivir tranquilos, solo queremos en la indiferencia. Pero yo soy diferente, amor, yo quiero lanzarme a tus brazos y dejar de ser cobarde, yo quiero ser tu calma a la vez que tu mayor preocupación...

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Y así parece acabar el equinoccio de primavera, el día de la poesía, el día más feliz de mi nueva vida... Tú te vas y yo no tengo a donde ir aunque, ¡en realidad sí!

Había quedado con Marco, la luz de mis días, el motivo de mi alegría. Y con él salgo de mi tristeza frente al rechazo del verano y otro sol sale de nuevo dando más calor que nunca, alcanzando el cenit.

Juntos vamos a aquel sitio donde en diciembre llegué al éxtasis, donde logré entender el significado del amor, donde fuimos grandes sin recelo.

Y escribimos por Frida, escribimos con la ilusión de que el concurso de Diego cambiara nuestras vidas...

Entonces me voy, subo al autobús y sé que tardaré en volver a aquella ciudad porque Julio le ha arrebatado su magia, el mismo que un día se la dio.
Y sonrío con ganas, cómo cambian las cosas y con qué rapidez. Y a pesar de mi poca batería al móvil decido escribir con Marwan de fondo justo como cuando hicimos el amor en tu casa. Y me llamo loca otra vez por hacerlo y volverte a recordar, recibo una matrícula de honor en amarte y la poca gente que hay en el autobús me aplaude con ganas asegurando que jamás habían visto algo igual. Así voy continuando nuestro libro con un nuevo capítulo, el capítulo donde te aseguro que te quiero, el capítulo donde muevo el mundo para que lo veas... Y decido volver porque ya no aguanto más sin ti amor, quiero casarme contigo, quiero ir a vivir a Barcelona como dijimos, recibirte cada noche con dos besos en los labios, con tu simpática palmadita en mi culo. Y salir a cambiar comisuras, a regalar esperanza porque el amor existe y contigo lo sé. Salir a hacer atentados contra los cuerdos, contra los desapasionados. Revolucionar las caras de los que se levantan temprano y pierden el tren bailándoles un rock and roll, poniendo la banda sonora de Juno en cada estación aún dormida. Qué divertido sería, mi vida... Hasta podríamos cambiar el mundo, lo haríamos, sí, solo si esto no fueran simples deseos...

Soñando despierta termino llegando a casa y en mi cama pasas a ser mi copiloto como tanto esperábamos. Y se cumplen los tres días juntos en Semana Santa sin movernos de allí, con la sola preocupación de pulsar el play cuando se acababa Iluminados de Lewin.

Y cuando lo conseguí a él, ya quería volver a estar contigo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora