Capítulo 6

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¿En verdad me llamó así?

Era la primera vez que él me lo decía, pero me había dolido más que si me lo hubiera dicho Augustus.
De repente, un nudo se formó en mi garganta.

-¿Que...dijiste?-salieron mis palabras con lo que me quedaba de voz intentando ocultar mi decepción.

-Lo que oíste. Te llamé "gorda"¿o a caso también eres sorda?

Hablaba y al parecer no parecía importarle mi cara que le decía todo, pero aún así me miraba fijamente con odio. No lo entendía, me había defendido, incluso llegó casi a golpear a sus amigos ¿y ahora me trata así?. Entonces las ganas de huir se hicieron presente y me fui sin decirle nada. Aunque quise decirle lo primero que se me viniera a mi mente mis lágrimas habían salido demasiado pronto por mi lagrimal y él lo había visto y no pude siquiera recordar ninguna de las respuestas que se decir cuando algún patán me trata así.

Corrí hacia los baños y me encerré. Las lágrimas no las podía controlar.

Entonces me di cuenta de algo.

Su ojo izquierdo tenía una lastimadura en el párpado superior, y era muy reciente. Y su frente poseía un gran círculo morado, sus rulos castaños dejaban ver demasiado, ya que ni siquiera llegaban a cubrir gran parte del moretón.

Dejé de llorar y salí del baño limpiando la evidencia de mi llanto. Corrí a buscarlo para que me diera una explicación de sus golpes en su cara. Si habíamos quedado como amigos, entonces no puede ser que me trate así. Algo había pasado.

-Menos mal que se dignó a tratarte como te mereces ¿no lo crees?-Augustus estaba apoyado sobre la pared del pasillo mirando fijamente el suelo y continuó-Jamas lo habría hecho capaz de siquiera decirte algo porque él se dedica a alejarse cuando te molestamos. Pero al parecer el merecido que le dí después de que te defendiera lo hizo entrar en razón sobre la clase de persona que eres. Nada.

Mi ceño se profundizaba cada vez más y más. Ahí estaba la explicación que yo necesitaba. Augustus lo había golpeado y había ganado. El odio en los ojos de Nicholas al observarme había sido causado por el imbécil que me había molestado toda mi vida.
Quiso que él me odiara para no tener que volver a quedar como un ridículo en frente de todo el colegio y lo había hecho psicológica y físicamente.

Augustus se me acercaba lentamente mientras yo retrocedía.

-Más te vale que no lo vuelvas a hablar ¿me entendiste, perra gorda? O si no, me veré obligado a verlo como sangra mientras lo golpeo. Y todo esto será tu culpa.

Entonces reaccioné antes de tiempo y lo golpeé en la entrepierna. Él cayó al suelo retorcido de dolor y aproveché para aclararle unas cosas. Me agaché a la altura de sus oídos.

-Dos cosas. Uno: no soy tu perra que va a hacer lo que pides. Y dos: que vergüenza, una chica "gorda" te golpea en la entrepierna y caes rendido. Deberías cuidar tu espalda. No querrás que te vuelva a suceder.

Salí sonriendo victoriosa. Esperemos que no vuelva a molestarme otra vez, aunque sé que eso es imposible, al menos conozco una debilidad.

Subí las escaleras para ir al curso de Nicholas y pedirle perdón por haber sido yo la causante de su golpiza. Iba caminando hacia su aula hasta que un brazo me arrastró bruscamente a un curso vacío.

-¿Qué te dijo Augustus?

Las cuatro estaciones enamorándomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora