Capítulo 18

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Quiero besarlo. Quiero sacarme estas ganas de saber cual es el sabor que tienen esos labios rosados y delineados.

Abre un ojo y me mira, relaja su cara y luego abre su otro ojo.

-¿Qué pasa?- dice mientras yo rompo esa conexión visual y miro al suelo- ¿Quieres el protocolo?

Largo una risita sin ánimos y me digno a mirarlo. La ultima vez que besé a alguien, él pretendía amarme. Rob era el hombre de mis sueños hasta que intentó besar a Becca en una fiesta mientras yo iba por bebidas. Mi mejor amiga lo abofeteó antes de ser besada. Y ni siquiera habíamos empezado a beber. Cuando llegué a ellos, Rob se sostenía la cara con dolor. Becca me contó frente a él lo sucedido y terminamos la noche con otra abofeteada, y lágrimas. Muchas.

-La última vez me salió mal.

Nick frunce su ceño y asiente. Él sabe de Rob, ya que eran compañeros, y después de lo sucedido entre él y yo decidió cambiarse de colegio al año siguiente. Siempre Rob terminaba golpeado por Nick. Había un "pero" entre ellos que jamás lo llegaron a solucionar con palabras. Lo peor era que yo era la encargada de curar ojos hinchados y cortes. Nunca supe los motivos de su ira con mi ex novio.

Y como si el destino decidiese ponerse de mi lado, comprendo todo.

Yo.
Celos de Rob.

Lo miro fulminandolo. Él me mira buscando el motivo y lo capta.

-Él no te merecía- dice entredientes.

-¿Cómo sabes tú si me merecía?- le contesto dudosa de lo que acaba de salir de su boca rosada.

-¿En serio vas a preguntarme eso?

-Pues fíjate que si- digo a la defensiva.

-Te usó, te engañó y encima besó a tu mejor amiga- cuenta con sus dedos- ¿Y me preguntas que cómo se yo si él no te merecía? ¿Acaso eres masoquista?

-Primero, no llegó a besar a Becca; segundo, no soy masoquista, ¿acaso tú lo eres?; y tercero, ¿cómo sabes lo que sucedió ese día?

-¿Y eso qué tiene que ver conmigo?- dice mientras arruga su frente- No soy masoquista. Y lo se porque él me lo dijo..

-..después de golpearlo- me mira con cierta culpa- Déjame decirte que tú si que eres el masoquista- abre los ojos de golpe- Dejas que tu "amigo" te golpee por mi culpa- digo con dolor y vuelvo a divisar el poco espacio del suelo que nos separa- es injusto, tú no deberías estar pasando por esto por mí. Y además, no quiero volver a curar heridas de peleas, no soy enfermera, ni mucho menos doctora.

Relaja su ceño y me mira con ternura, levanta mi mentón hacía él, obligándome a ver esos ojos cafés dilatados.

-Pues conmigo, preciosa, tendrás que ser hasta fisioterapeuta; porque por ti, soy capaz de hacer cualquier cosa-Sonrío y comienzo a sentir el calentamiento de mis mejillas ahora familiar- "Por ti, baby, soy batman".

Río a carcajadas por su manera de cortar el hilo de la conversación junto con su acento español y su falsa imitación del gato con botas. Él me muestra toda su dentadura blanca.

-Eres absurdo y bipolar.

-Pero aun así te gusto y te hago reír.

Mierda. Tiene toda la razón. Niego con la cabeza sólo para asimilar un poco lo que me dijo.

He notado su facilidad de hacerme sentir incómodamente bien. Odiaba que me dijera la verdad, esa que me costaba admitir con él. Pero aún así, mi otra parte amaba eso.

-Deja de hacerme sentir así, por favor- digo en broma.

-¿Así cómo?- dice asombrado.

-Algo incómoda. Me siento avergonzada cada vez que me dices algo así. No se como reaccionar- explico mientras él ríe tiernamente y me toma de las manos.

-Pues tendrás que acostumbrarte a los halagos- suspira- Quiero que te acostumbres de una vez a verte así, hermosa, todo piernas y torso. Lo normal, Jane. Cada gramo en ti es belleza, belleza que ya se ha perdido en esta sociedad sexista. Además, todos deberían aprender a aceptarse, así como tú lo haces ¿Quieres saber un secreto?- asiento tímidamente- Gracias a ti he visto el mundo con otros ojos.

-¿Ah si?- digo con sorpresa.

-Pues si- sonríe- Tú me has hecho darme cuenta de que al fin y al cabo nos tenemos que ir aceptándonos como somos y no como la gente cree que deberíamos ser.

-¿Eso has aprendido de mi?, que filosófica me siento.

No he percatado que he pensado en voz alta y que la ironía ha salido de mi boca, arruinando el momento. Me callo y termino la frase en un susurro. Él se queda callado, se recuesta sobre su brazo y larga una risa forzada.

-Creo que tendré que acostumbrarte a todo. Ese tal Rob no lo hizo muy bien- dice torciendo el gesto.

-Perdona- digo con toda la culpa del mundo- no quise decir eso.

-Esta bien- fuerza una sonrisa otra vez.

Se ha enojado y tiene razón. Con Rob todo daba igual, hasta lo que realmente nos decíamos. Nick es el otro extremo, ya que cada gesto o palabra que hago la convierte en metáfora. Y lo admito, me gusta que su mente hable y me diga cosas de las que yo no me doy cuenta, aun así su exageración me incomodaba un poco. Solo soy una chica intentando hacer que al menos mi mundo sea mas justo. No me siento como un modelo a seguir, solo quiero que los demás den un buen ejemplo, como Nick y sus alabanzas. Bueno, quizás él no sea el mejor ejemplo.

-No pretendo ser una imbécil, de verdad- intento explicar- es solo que no me veo como la chica superheroína de la que hablas. Hago lo posible por encajar en este mundo y que vean que no todos somos iguales.

-Pues por el solo hecho de querer cambiar una mentalidad es suficiente para que te considere como una heroína.

-Osea que si te digo que quiero la paz mundial, me harás un altar..

Me mira con expresión seria. Mierda, dije algo de más.

Estoy esperando su reto pero no me dice nada y su cara se va transformando en una sonrisa para nada forzada hasta estallar en una carcajada.

-¡Tú si que eres absurda!- dice al tratar de reír y respirar.

-¿Cómo?

Yo sigo sin entender su humor. Ha de ser de géminis, pienso. Río sin ganas sólo para no quedar fuera de su clima, solo por cortesía.

-Mujer, eres una extremista.. pero me gusta.

¿Yo una extremista? Bueno, si,algo soy. ¿Pero que me dices de Don Bipolar? No se queda muy lejos de mi.

Las cuatro estaciones enamorándomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora