MAYA:
Pude dormir una cuantas horas, aunque me desperté cuarto para las tres de la mañana, me levanté y empecé a dibujar, no sabía que iba a retratar, así que cerré los ojos y entre trazos y mas trazos, salió un retrato de Lucas, Dios, él no puede aparecerme en todo, lo arrugué y después lo arrojé a la basura.
Asenté mis codos en mí pequeño escritorio, no sabía que era lo que sentía. Lucas me hacía sentir bien, creo que me gustaba, pero no sabía si podía o iba a llegar a más, tenía miedo, mí padre abandonó a mí mamá.
¿Qué haría a Lucas diferente?
Sacudí la cabeza, Lucas no era igual que él, no podía serlo. Lucas no era un cobarde.
Volteé la vista a su retrato, era lindo y su sonrisa te transmitía confianza.
Suspiré y decidí irme a dormir de nuevo, mañana era mi primer día y no quería parecer zombie.
Me levanté a las seis de la mañana, estaba muy emocionada, hoy íbamos a escoger las extracurriculares, así que me alisté.
Me preparé un café cargado y lo puse en un termo para tomarlo mientras iba a clase.
Miré mi reloj y noté que voy tarde así que empiezo a correr, pero, con mi buena suerte, choqué con alguien, quedando encima de esa persona.
Levanté la mirada y maldije bajito, tengo la mejor de las suertes, es Lucas, el cual parece bastante perdido. Me levanté rápido.
—Perdón fue mi culpa.—dijo aún sin notar que era yo.
—No, tranquilo, yo también iba un poco distraída.—me disculpé.
—¿Maya?—dijo mirándome y rascándose la nuca, se veía tan sexy.
Maya, concéntrate.
—Si.—dije incómoda.
Él tomó la decisión de no decir nada, así que tuvimos unos cuantos minutos de un pesado silencio, a hasta que hablé.
—Bueno, me voy a clase, llego tarde—dije tratando de escapar.
—Espera, ¿sabes dónde es la clase de biología?—me preguntó, mierda, es mi clase.
—Voy para allá, sígueme.—dije empezando a caminar.
—Maya, ¿de dónde eres?—me pregunto de la nada.
—De Nueva York, ¿por? Ya lo sabías, es donde vivo.—le respondí, se encogió de hombros.
—Es que me intrigas.—dijo viéndome fijamente, me ruboricé un poco y sonrió.
—¿Y tú?—dije volviendo mi vista al frente.
—Texas.
—Un vaquero—me burlé.
—Ya me han dicho así, rubia.—me la devolvió.
Reí viéndolo cuando sentí que alguien me empujaba muy fuerte y me hubiese dado un fuerte golpe en el trasero de no ser por Lucas.
—¡Mira por donde vas, ciega!—escuché que me gritaron.
—¡Cállate, estúpida, que la ciega es otra!—grité de vuelta.
Escuché la risa de Lucas.
—¿Te distraje, blonde beauty?—dijo sonriente.
—Ya quisieras, Ranger Rick.—me burlé de él.
—¿Es raro que me gusten esos apodos?—preguntó mofándose de mí.
—¿No te molestan?—alcé una ceja.
—Al contrario, me encantan.—dijo riendo.
Era tan raro...
Pero su sonrisa era tan linda...
Seguidamente empezamos a caminar hacia nuestra clase, en silencio.
No sabía en qué pensaba él, pero yo no dejaba de pensar en su sonrisa.
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La carrera de Una Vida (LUCAYA)
Romance"La vida es una carrera, cariño, es nuestra decisión ir por la ruta fácil o ir por la difícil".