Capitulo 1.

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    Rodrigo Soto  estaba preparando su maleta. Tras cuatro años de trabajar como jardinero para doña Matilde nunca hubiera visto venir que ella lo mandaría de regreso al campo, pero con otras personas y a trabajar como temporero. A Rodrigo le llamaba la atención que en pleno siglo 21 aún se contrataran temporeros en el campo, pero Rodrigo solo existía de eso.

    Cuando los padres de Rodrigo lo mandaron a la ciudad tras enterarse de que es gay lo hicieron creyendo que trabajando se "enderezaría", pero para desilusión de sus padres eso no pasaba.

    -Rodrigo -le llamó doña Matilde al joven.

    Rodrigo bajó las escaleras de la casa hasta llegar donde doña Matilde le estaba esperando con una caja envuelta de papel de regalo y una cinta azul, el color favorito de Rodrigo. 

    -Feliz cumpleaños -dijo la doña sonriendo al joven.

    Rodrigo quedó sorprendido al ver el regalo y que doña Matilde se acordaría que era su cumpleaños número 25.

    -Pero doña Matilde, no tenía porque molestarse -dijo el joven recibiendo la caja.

    -Espero que te sirva en el fundo -dijo ella sonriéndole triste al joven.

    Rodrigo entendió por la mirada de doña Matilde que podía abrir el regalo si lo deseaba. El joven sacó la cinta y destapó la caja. En su interior habían unos jeans de mezclilla negros y unas botas negras con detalles plateados con un amarra de cuero el la parte superior de la bota y un cinturón de cuero blanco.

    -Ohhhh, doña Matilde se pasó, muchas gracias -dijo el joven sonriendo y abrazando suavemente a doña Matilde.

    Doña Matilde se sentó en su silla que estaba junto a la escalera.

    Doña Matilde era una mujer vieja, recibió a Rodrigo cuando sus padres lo mandaron a la ciudad tras enterarse de su orientación sexual y ella siempre fue muy atenta con él y trató a los trabajadores por igual, ella dejaba que siempre comieran junto a ella en su mesa, excepto cuando tenía visitas, los trabajadores esos días comían antes o después de ella.

    -¿En serio debo regresar al campo? -preguntó sentándose en el segundo peldaño de la escalera .

    -Sabes que no viviré para siempre -dijo ella.

    Ya era de noche, los trabajadores estaban subiendo a sus habitaciones y otros haciendo fila para darse una ducha. Todos dejaron que Rodrigo pasara primero, decían que como su último día debía ser el primero en ducharse y el primero en irse a dormir, que sería una larga entrada a una nueva vida.

    -Gracias Gabriel -dijo el joven pasando al baño con su toalla.

    Gabriel era el mejor amigo de Rodrigo, él era el chófer de doña Matilde. Se conocieron cuando estaba sacando el auto y casi lo arrolla y desde entonces se conocieron y se hicieron mejores amigos.

    Rodrigo lavaba con shampoo su cabello castaño y pasaba el jabón por su cuerpo bronceado. Cortó el agua y se miró en el espejo pensando que ese sería el último reflejo de él que vería en el baño de esa casa. "No tengas miedo" se dijo así mismo. Salió del baño con la toalla enrollada de la cintura hacia abajo. Puso un pie en su habitación y cerró la puerta tras él, caminó a su cama y sacó su pijama. Rodrigo no estaba de ánimo para comer así que se despidió de todos y dejó a doña Matilde para el final.

    -¿Seguro que no quieres comer? -preguntó al joven.

    -Sí, prefiero comer en la mañana, -dijo -pero hay algo que le quiero mostrar.

El campesino y el patrón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora