El campesino y el patrón.

Epílogo.

*3 años después*

El joven campesino, quien luego de recuperar su vista nunca más volvió a usar su cabello largo, despertó con un beso a su patrón.

-Hola -dice el patrón estirándose.

-Amor, quiero hacerlo -dice el joven campesino colocándose sobre el patrón.

El patrón ríe y besa al joven.

-¿Sabes lo maravilloso que es que me despiertes para esto? -dice Hernán.

-Imagino que lo suficiente -dice Rodrigo apegándose a la erección de Hernán.

-A veces pienso que tenemos demasiado sexo.

-¿Quieres abortar misión? -dice el joven campesino.

Hernan gira a Rodrigo dejándolo de espaldas sobre la cama.

-Dije que tenemos demasiado sexo, no que fuera malo -dice Hernán.

Ambos se quitan la poca ropa que tenian. Hernán voltea a Rodrigo dejándolo boca abajo, saca el envoltorio de aluminio y se coloca el preservativo. Inmediatamente el patrón está dentro del campesino, quien jadea por los movimientos. El patrón acaricia el cuerpo de su campesino, lo llena de besos y le pasa la lengua por su cuello. Rodrigo gime y acaba al mismo tiempo que Hernán. Quedan uno encima del otro recuperando el aliento.

-Siempre es genial -dice Hernán.

Rodrigo lo besa y deja a Hernán boca abajo.

-Mi turno -dice Rodrigo.

Al terminar de desayunar, Rodrigo va saliendo vestido con solo un jeans, unas zapatillas urbanas y una polera simple.

-¿Vas dónde Fabián? -pregunta Hernán.

-Sí.

-Pero pueden arreglarse aquí.

-Es de mala suerte que los novios se vean vestidos antes de la ceremonia.

Rodrigo le da un beso a Hernán y se va.

Fabián le abre la puerta a Rodrigo y se saludan con un abrazo.

-¿Cómo estay? -pregunta Fabián.

-¿Bien y tu? -responde Rodrigo.

-Toy feliz po.

Ambos ríen.

-Ya, vayamos a vestirnos pal matrimonio -dice Fabian.

El patrón se cola su traje. Más que un traje es una ropa semi formal. Usa pantalones verde petroleo, una camisa blanca con detalles negro y zapatos negros con punta.

Cuando está vestido, el patrón suelta un suspiro.

-Hoy es el día -dice para si mismo el patrón.

El patrón va bajando las escaleras de la casa y ve a Isidora.

-¡Wow! -exclama el patrón-. Te ves hermosa.

Isidora ríe nerviosa.

-Y usted se ve bastante guapo ¿qué más quiere que le diga? -dice Isidora.

La madre de Isidora, la señora Helena, acomoda el vestido de Isidora. Se queda mirando contemplativamente y se le comienza a caer una lágrima.

-Ay mamá. Nada de lagrimas...no ves que me harás llorar a mi tambien -dice Isidora con la voz quebrándose.

-Es que siempre lloro antes de los matrimonios -dice la señora Helena.

-Ya ya ya -dice el patrón para romper en llanto también.