Capítulo 13.

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El joven campesino va en el auto con su padre y siente que han pasado horas y horas desde que está en el auto.

-Deja de apretar los puños, él no vendrá -dice Heriberto.

El joven campesino no quiere responder, sabe que él solo quiere jugar con su mente.

-Que no te sorprenda. Quiero decir ¿quién te buscaría? Yo que soy tu padre no lo hice.

-Eres solo el que puso la semilla que me permitió nacer. Punto. No eres mi papá -dice Rodrigo.

Heriberto levanta su mano para golpear a Rodrigo, pero Rodrigo percibe el movimiento y lo detiene lanzando el brazo hacia abajo. El auto se mueve de un lado a otro pero Heriberto alcanza a estabilizarlo.

-Me pones la mano encima y te la rompo. Puedo estar ciego pero no me subestimes por eso -dice Rodrigo osadamente.

Heriberto piensa golpearlo nuevamente pero ve una patrulla de carabineros desde los espejos.

-¡Mierda! -exclama.

-¡¿Qué wea?! -exclama Rodrigo creyendo que se refería a él.

-Tu no -dice Heriberto en tono seco.

Suena la sirena de la patrulla y el joven campesino entendió.

-Creo que subestimé a tu amigo -dice Heriberto.

"Es mi novio", piensa Rodrigo.

Heriberto se asegura que Rodrigo esté con el cinturón de seguridad y aprieta el acelerador. Rodrigo por el fuerte movimiento del auto se apega más al respado del asiento.

-¿Qué haces? -pregunta el joven campesino.

-Escapar de aquí obviamente.

Heriberto trata de perder a los carabineros pero le estaban alcanzando el paso.

Rodrigo pensó que podría por lo menos intentar escapar.

"Okay, puedo soltarme del cinturón rápido, abrir la puerta del auto y si el saco wea trata de pararme solo debo patearlo, suponiendo que logre darle en el lugar correcto", piensa Rodrigo.

-Creo que debería dejar de escuchar historias policiales -susurró Rodrigo al darse cuenta de lo cliché que sonaba el plan.

Hernán junto a los chicos van tras la patrulla.

-No es por nada pero podrías pisarle a fondo, rebasar la patrulla y luego detener al secuestra temporeros -dice Fabian asomándose del asiento tracero.

-Claro, pero...¡oh mira! La otra pista está ocupada -grita Isidora ya harta de las criticas de Fabián.

Hernán solo está pendiente del camino para fijarse si ve a Rodrigo.

-No me hables así, pareces mi esposa cuando no come -dice Fabián.

Isidora golpea a Fabián con el puño en la cara.

-Seré niñita, pero no pego como una -dice Isidora.

-¡Ya dejen de pelear! -grita Hernán.

Isidora por el susto desacelera un poco.

-No pierdas velocidad -dice el patrón rascándose la cabeza.

-¡Ahí! -exclama Fabián señalando el camino.

-No iré por la otra pista, vienen otros autos -dice Isidora irritada.

-Eso no, ahí está nuestro vaquero -dice Fabián.

El patrón se inclina para ver y ahí está colgando de la puerta del auto de Heriberto.

-Afirmate -dice el patrón pensando en voz alta.

El campesino y el patrón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora