Capítulo 2.

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    -Rodrigo -llamó Isidora tratando de despertarlo.

    Rodrigo despertó de manera tranquila y vio a Isidora.

    -Hola -dijo el joven enderesándose en la cama.

    -¿Ya nada queda, se fue nuestro amor? -preguntó Isidora.

    -¿Qué? -preguntó el joven con ojos como platos.

    -Estabas cantando mientras duermes -dijo ella.

    -Lo cual es nuevo, al menos para mí -dijo alguien al otro lado de la habitación.

    -Hola Fabián -dijo Rodrigo.

    -Wena, ya sabe quién soy, ta bien -dijo poniéndose de pie.

    -¿Listo para tu primer día? -preguntó Isidora.

    -Sí -dijo el joven.

    Rodrigo terminó de bañarse y se puso los pantalones negros del día anterior y las mismas botas, cambió la camisa por una polera blanca. Fue al comedor de la casa y vio a Isidora y Fabián poniendo tazas.

    -¿Somos los únicos que viven en esta casa? -preguntó Rodrigo.

    -Sí, los demás trabajadores tienen casa propia no muy lejos de aquí -explicó Fabián.

    Isidora puso el pan y mantequilla sobre la mesa. Los tres se sentaron en las sillas de madera simples para tomar desayuno.

    -Gracias Isi -dijo Rodrigo recibiendo el hervidor.

    -Que weno que tomí' café en la mañana -dijo Fabián. 

    -Pff, si me hubierai visto en Santiago, tomaba como tres tazas de café al día -dijo el joven.

    -Oe, pero eso te hace mal po -dijo Isidora echándole azúcar a su té.

    -Eso es verdad -repuso Fabián.

    Rodrigo tomó un pan del canasto y lo abrió para echarle mantequilla.

    -Bueno, pero así no mah me mantengo despierto po -dijo Rodrigo dando una mordida a su pan.

    -Mira, ¿sabí que tomamo aquí pa relajarnos en las tardes? -preguntó Fabián a Rodrigo.

    -¿Qué? -preguntó el joven.

    -Mate -dijo Isi, dejando a Fabián con la palabra en la boca.

    Rodrigo cambió la expresión en su rostro de una sonriente a una triste.

    La última vez que Rodrigo tomó mate (hierva que se le echa agua caliente como al té y se bebe con una bombilla de metal con agujeros al fondo para filtrar la hierva; se consume mucho sobre todo en el sur de Chile) fue cuando tenía 19 años, el año en que sus padres lo mandaron a Santiago al enterarse de que es gay. El recuerdo de ese día le trajo a su mente como su padre le golpeó con el cinturón en la espalda desnuda.

    -Rodrigo ¿estás aquí? -preguntó Isidora.

    -Rodrigo -llamó Fabián con tono más duro.

    El joven se despertó de sus pensamientos y asintió.

    -Ya terminé -dijo el joven levantándose de la silla dejando la taza con café a medio beber.

    Fabián e Isidora se quedaron mirando sin entender que le pasó a Rodrigo.

    -¿Qué onda? -preguntó Fabián sin entender nada.

    -No sé -dijo Isidora.

    Hernán estaba vistiéndose y miró la hora. Faltaban 17 minutos para que fueran las 8 y empezó a preguntarse como le iría al nuevo temporero en su primer día.

El campesino y el patrón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora