Ambos chicos, desnudos y abrazados, se despiertan.
-Hola -dice Hernán.
-Hola -dice Rodrigo dándole un beso a su hombre.
El joven campesino se estira y se abraza más al patrón.
-Tengo hambre -dice Rodrigo.
-¡Ay! Ven para acá -dice el patrón tomando al campesino de la cintura para sentarlo sobre la suya.
-¿Que haces? -dice Rodrigo entre risas.
-Es que te ves muy tierno cuando tienes hambre.
-Maldito pervertido.
Ambos ríen y se envuelven en un beso, en la pasión, en la tranquilidad y en ellos mismos.
Rodrigo se echó sobre el pecho de Hernán.
-Heriberto dijo que ni te esforzarías por buscarme -dijo Rodrigo.
-No me lo dijiste.
-Estaba cansado y ebrio.
-Fueron solo dos shots -dice Hernán.
-Cállate, quiero pensar que estaba ebrio -dice Rodrigo.
-Está bien, prosigue -dice Hernán entre pequeñas risas.
-Dijo eso, pero yo sabía que no me dejarías, aunque por un lado pensé que quizá si lo harías.
-No pienses eso. Jamás -dice Hernán-. Vamos a comer.
-Sabes que no puedo comer sin haberme bañado -dice Rodrigo.
Hernán toma a Rodrigo de sus muslos y lo carga hacia la ducha.
Terminando de bañarse, Hernán le frota el cabello a Rodrigo con una toalla para secarlo.
-Termina de secarte, te haré desayuno. ¿Tostadas con huevo? -ofrece Hernán a Rodrigo.
-Cocinados con un poco de mantequilla -dice Rodrigo haciendo el gesto con los manos.
-Está bien -dice Hernan dándole un beso corto y se va de la habitación.
Rodrigo toma la toalla que quedó sobre su cabeza y siguió frotando para secarse el cabello.
Rodrigo siempre deja una ropa apartada la noche anterior para poder llegar y ponersela. Hernán le ayuda con eso.
Rodrigo ya vestido se coloca las botas y toma su bastón. Fue de mucha suerte que cuando fue raptado, Lucho rescató el bastón del joven.
Rodrigo baja las escaleras. Con ayuda del bastón va contando los escalones.
-...13; 14; 15... -va contando golpeando el siguiente escalón dos veces para saber donde pisar más o menos.
Hernán ordena la mesa para tomar desayuno y escucha los pasos de Rodrigo.
-Ay, eso güele rico -dice Rodrigo localizando una silla.
Hernán lo ve y ríe por lo bajo.
-¿Qué? -pregunta Rodrigo.
-Te pusiste una de mis botas -dice Hernán.
-¡¿Qué?! -exclama Rodrigo.
Hernán se le acerca y desabrocha los botones de su camisa.
-Te abrochaste los botones mal -dice Hernán colocando los botones de la camisa en el lugar correcto.
-Vamos a comer, luego me cambio la bota -dice Rodrigo.
Luego del desayuno, el teléfono de Hernán comenzó a sonar mientras lavaba los platos.
-Ve quien es -dice Hernán.
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El campesino y el patrón.
Teen FictionUn joven de 25 años llamado Rodrigo pasa de trabajar como jardinero de una casa lujosa en la ciudad de Santiago en Chile a trabajar como temporero en un fundo en el campo, donde conocerá a grandes amigos y...de manera inesperada al patrón del fundo...