Capítulo 4.

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El joven campesino despertó aturdido sintiendo un dolor en la cabeza. Se enderezó y notó que estaba en su cama...o mejor dicho en una cama que no era la suya. Rodrigo se exaltó y comenzó a ver la habitación, era de tamaño promedio, había un armario en frente de la cama y unas ventanas al lado del armario. Rodrigo sintió una respiración en su brazo, al principio se asustó, giró la cabeza y vio a su patrón; vio a Hernán a su lado. Una ocurrencia se le vino a la cabeza a Rodrigo, vio si estaba con pantalones y estaba solo con bóxer, también notó que estaba con el torso desnudo y su temor se hacía más grande. Intentó sentarse y no, no le dolía sentarse.

-No te violé, tranquilo -dijo Hernán con los ojos cerrado y con la cabeza pegada a la almohada.

El sonido de la voz ronca del patrón asustó al campesino.

-Yo no... -dijo a medias el campesino.

El patrón se enderezó y se despejó la cara.

Rodrigo no pudo evitar ver el cuerpo del patrón así como no evitó ponerse como tomate cuando el patrón lo sorprendió mirándolo.

-¿Recuerdas lo que pasó? -preguntó el patrón ignorando la cara roja de Rodrigo.

El campesino negó con la cabeza.

-Te cayó una botella en la cabeza.

"Eso explica el dolor", pensó Rodrigo.

-¿Cómo llegué a aquí? -preguntó el Rodrigo.

-Te cargué en brazos hasta aquí y luego te eché sobre la cama para que durmieras.

-Olvidaste "y te desvestí".

El patrón miró a Rodrigo con impresión al ver la confianza y a la vez la timidez con la que dijo eso.

El campesino no evitaba sentirse intimidado por la mirada del patrón.

-Tengo que irme -dijo el campesino para escapar de los ojos del patrón.

El campesino se levantó de la cama solo usando bóxer.

-¿Vas a dispararme? -preguntó el patrón entre risas.

Rodrigo no entendió al principio, pero luego notó que tenía una erección marcando sus bóxers. El campesino se puso rojo como tomate. El campesino fue a la puerta, la abrió y salió corriendo de la habitación.

El campesino corrió hasta la casa de los trabajadores, no quiso que sus colegas lo vieran llegar en bóxers, así que entró por la ventana que daba a la habitación.

Cuando entró vio su cuarto vacío y lo primero que hizo fue buscar ropa. Eligió unos shorts de mezclilla y una camisa cuadrillé manga corta roja.

El campesino se sentía algo aterrado pero a la vez extasiado. No lograba entender por qué el patrón era así de osado con él.

"¿Será que es gay?", pensó el joven campesino, pero eliminó ese pensamiento de inmediato.

Salió de su cuarto y fue a buscar a Isidora y a Fabián.

-¿Dónde estabai? -preguntó Isidora preocupada.

-Fui al bar de Lucho -dije.

-¿Cómo es que ya lo conociste? -preguntó Fabián.

Rodrigo no supo que responder, el joven tenía miedo de que si les decía que estaba con el Patrón y haciendo qué podrían llegar a malinterpretar la situación.

-Escuché a unos de los de empaque hablar del bar -mintió el campesino.

Fabián entrecerró los ojos pero Rodrigo no lo notó.

El campesino y el patrón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora