Capítulo 7

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"Hernán; patrón:

Desde que llegué demostraste ser alguien bueno, que se preocupa de sus trabajadores y que no abusa de su poder. Pero siento que no encajo aquí, que no podré desdenvolverme bien para ejercer mi trabajo. Temo ser más un estorbo que un aporte en tu fundo y por eso creo que lo mejor es que me vaya, no te preocupes, puedo arreglarmelas, pero te pido que comiences a buscar otro jardinero. No puedo decirte por qué me voy, no lo entenderías. Lo lamento mucho por irme así.

-El vaquero; Rodrigo."

El campesino fue a dejar la carta a la habitación del patrón sin que nadie lo viera y la dejó sobre la almohada.

Al volver a la cabaña que compartía con Isidora y Fabián tomó su bolso y se fue. Pasó a ver a Valiente al establo.

-Bueno amigo, creo que esta es la despedida -dijo Rodrigo acariciando al caballo.

Cuando Rodrigo comenzó a alejarse, Valiente comenzó a relinchar haciendo que Rodrigo volteara a verlo.

-Sé que no quieres que me vaya y yo no quiero irme, pero no puedo quedarme.

Cuando llegó a salir del establo, Valiente de un solo golpe rompio la cerradura del corral y fue a buscar a Rodrigo.

-No hagas ruido, por favor -le suplicó el campesino al majestuoso caballo.

Rodrigo no tardó en entender que Valiente quería irse con él.

-Está bien, tu ganas, vendrás conmigo.

El campesino ató su bolso a la silla de Valiente y se subió. El joven campesino salió cabalgando, el viento le golpeaba en la cara, con su mano el campesino afirmaba su sombrero. No tardó nada en estar fuera del fundo pasando por el bar que estaba junto a este.

-Oye igual como raro lo que le pasó a Rodrigo po' -dijo Isidora.

-Yo la verdad pensé que en una de esas iba a estirar la pata -dijo Fabián.

Isidora le dio un golpe el el brazo con la palma de la mano.

-¡No lo digai ni en broma! -exclamó la chica.

-Ya, pero no me peguí.

En la cabaña sintieron que alguien golpeaba la puerta. Al abrir vieron que era Hernán.

-Patrón ¿pasó algo? -preguntó Fabián sintiendo que no podría soportar más drama.

-¿Dónde está Rodrigo? -diji entrando a un paso firme.

-Debe estar en la pieza -dijo Isidora.

El patrón fue casi corriendo a la puerta de la habitación donde dormían Fabián y Rodrigo, y vio que la pieza estaba vacía.

-¿Cual es el closet de él -preguntó más agitado y alzando el tono.

Isidora señaló el closet grande donde los chicos guardaban sus cosas.

Fabián fue a ver y solo vio su ropa.

-No está la ropa de él -dijo.

El patrón salió corriendo y fue al establo, creyendo que el campesino estaría ahí pero no estaba. Pero vio que tampoco estaba Valiente.

"Si que eres un caso, Rodrigo", pensó el patrón.

Tomó a otro caballo: Máximus, y le puso la silla rapidamente y subió en el para buscar a Rodrigo.

-Busca a Valiente -dijo el Patrón a Máximus.

Dicen que los caballos pueden encontrarse, puede que no por su olor si no por su instinto.

El caballo corría a toda velocidad hasta salir del fundo. El patrón miraba por todas partes y no veía ni rastro de su campesino.

"Ay vaquero ¿donde estarás?, se preguntó Hernán y siguió mirando.

Al patrón cabalgó un buen rato hasta que notó otro caballo a lo lejos. Los ojos de Hernán se llenaron de brillo.

-Vamos, más rapido, debo alcanzar a mi vaquero -dijo el patrón.

En su mente el patrón se extrañó al decir "mi vaquero" pero a medida que Máximus se acercaba pudo distinguir ese sombrero con el que el joven campesino llegó al fundo.

-¡Rodrigo! -gritó alguien a espaldas del campesino.

Al ver que era su patrón le pidió a Valiente que fuera más rapido pero Máximus se le adelantó y detuvo el paso de Valiente haciendo que alzara las patas delanteras.

El patrón se bajó de su caballo y corrió hacia su campesino; su vaquero.

-No entiendo nada ¿por qué te fuiste de la nada? -preguntó Hernán.

-No puedo decirlo -dijo Rodrigo.

El patrón le tomó de la mano haciendo que bajara de Valiente.

-¡Déjame! -ordenó el campesino.

El patrón lo tomó de los hombros y lo acercó a él.

-¿Eso fue una orden? -preguntó el patrón mirando al joven campesino a los ojos.

-Si, así es -respondió el joven tratando el librarse de las fuertes manos del patrón.

-No, no dejaré que te vayas.

-¿Por qué no? -gritó logrando librarse de Hernán.

Hernán quedó mirando a su joven campesino y vio que perdió muy rapido la tomidez con la que lo conoció.

Hernán tomó la mano de Rodrigo.

-Porque...porque no quiero que te vayas -dijo el patrón con tonl suave-, quédate conmigo.

-¿Por qué no me dejas ir? -pregunta el joven campesino sin luchar.

El patrón; cuya mano estaba tomando la del campesino, la guió hasta hasta hacer que la mano de Rodrigo tocara el pecho de Hernán. Rodrigo sintió como latía el corazón de su patrón y comprendió por qué no lo dejaba ir.

-No puedo quedarme -dijo el campesino saltándose de Hernán.

Hernán se cruzó en su camino cuando Rodrigo trató de caminar.

-No me iré sin ti -dijo el patrón.

-¿Me llevarás a la fuerza? -preguntado retóricamente.

Hernán soltó un suspiro y subió a Máximus. El caballo rodeó a Rodrigo y el patrón lo tomó del brazo haciendo que su campesino subiera el caballo.

-Sí -dijo el patrón a la oreja del campesino.

El campesino y el patrón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora