»Destino.

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Capítulo 1.

Una vez más había ido a ese lugar. Es que, realmente no sé ni como debería llamarle pues es algo que no es normal.

Allí está mi familia, mis amigos, mi mascota. El lugar donde vivo es exactamente igual, hasta la misma cuidad. Pero, ¿cómo es eso posible? ¿Por qué solo puedo ir yo allí?

Eso es otro mundo, otra dimensión, otro yo... Otra vida.

-Joven, su café.

Se escuchó como un susurró cerca de mi oído y ahí fue cuando salí de mis pensamientos y busqué con mi mirada la persona que poseía esa voz.

-Oh, sí. Gracias.

Eso fue lo único que había salido de mis torpes labios. No podría describir lo que sentí en ese momento. Ese chico estaba también en la otra dimensión. Lo recuerdo perfectamente. Las veces que he ido a ese lugar lo he visto, siempre está junto a ese otro yo.

Miré como ese chico se marchaba y volvía a su área de trabajo. Las ocho horas que pasé en esa cafetería estuve mirando a ese chico, no sé por qué pero pareciera que fuese cosa del destino que conociera a éste chico justo en ésta cafetería.

Recogí mis cosas y me dirigí al apartamento que compartía con Yoongi. Él prácticamente se pasaba siempre en casa, se podría decir que no sale de su "sala de pensar". Y es que el chico tiene un trastorno de personalidad; como le digo yo, porque no deja de escribir e imaginarse cosas imposibles.

-¿Dónde estuviste todo el día?-fue lo que primero que escuché una vez pisé el apartamento y es que tuve que alzar la vista para encontrarme con la suya y rápidamente arquear una ceja.

-¿Y tú, qué haces viendo TV?- contestar una pregunta con otra, mala costumbre.

-Ya empezamos otra vez.- exhaló y rodó los ojos, odiaba mis malas costumbres.

Solté una carcajada mientras pasaba por su lado, dirigiéndome a mi habitación. Dejé mi mochila en el suelo y me tiré en la cama, mirando el techo.

Y mi cabeza volvió a llenarse de dudas y estúpidas ideas.

¿Realmente existe otro mundo aparte de éste donde mi otro yo tiene una vida que no se relaciona con la mía?

¿Alguien más habrá podido ir a ese lugar o yo soy el único?

¿Debería decirle a alguien más sobre lo que descubrí?

Quizá salve el mundo con esto. O adivino el número de la lotería.

Me puse de pie y fui hasta el baño, allí era el lugar donde podía ir al otro mundo. Justo cuando aparecía frente al espejo y miraba fijamente el centro por 10 segundos y parpadeaba una vez.

Y lo hice, la curiosidad pudo conmigo una vez más.

Y lo que vi no era justamente lo que esperaba.

¿Qué demonios estás haciendo, gemelo?

Malum »jikook«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora