Malum »jikook«

» Sálvame.

Capítulo 14

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Otra vez me encontraba solo encerrado en esas paredes. La única luz que alumbraba el lugar eran los leves rayos del Sol antes de ocultarse. La noche no tardaría en llegar e invadir mi habitación con su oscuridad.

Cuanto odiaba esa oscuridad.

Desde mi cama veía el recipiente de pastillas que estaba abierto sobre la mesa de noche. Ya estaba casi vacío, no era la primera noche... Ya iban catorce. Y todas eran iguales, o quizás unas más dolorosas que otras.

Tomé el recipiente de pastillas y eché las pastillas que habían en éste en la palma de mi mano, luego las miré; unas 4 más no harán nada.

Yo solo quería dormir y ahí estaba mi solución. La más fácil y rápida, me hacia caer rendido en menos de quince minutos. Las dirigí hasta mi boca y me las tragué con la ayuda de mi saliva, lo menos que quería era ir a buscar agua.

Mi habitación estaba hecha un completo desastre. Las sabanas de mi cama estaban casi salidas, las cosas que en un momento descansaban sobre mi escritorio ya no lo hacían, cristales rotos en el suelo, fotos sin terminar de quemar, mi libreta de poemas sobre mi cama. Y yo junto a ella, escribiendo el poema más desgarrador de mi vida.

Otra vez la lágrimas regresaron a mis ojos cuando la oscuridad se apoderó de mi habitación.

"Quiero respirar, no me gusta ésta noche."

Tomé el lápiz que estaba sobre mí cama después de encender la lámpara que había sobre la mesa de noche. Necesitaba luz mientras la claridad de la Luna llegaba hasta mí.

-Una noche más, Park.- ahí estaba nuevamente, cerré mis ojos fuertemente mientras mantenía mi cabeza agachada y maldecía en mi interior.- ¿Qué pasa? ¿No te agrada mi visita?

Durante éstas catorce noches él había venido a molestarme.

Alcé la cabeza y le vi dando vueltas por mi habitación deteniéndose a ver las fotos que no acabaron de ser quemadas.

-¿Podrías dejarme en paz aunque sea una noche?- le pregunté y éste solo rió, encogiéndose de hombros.

-Me temo que no podré cumplir tus palabras, ¿lo siento?- y no, él no lo sentía. Disfrutaba tanto verme sufrir que por eso venía cada noche a verme caer un poco más.

No quise hacerle caso y continué mirando mi libreta, esperando que los sentimiento vinieran e hicieran volar mi imaginación para comenzar a plasmar en papales mis rimas más profundas.

Sabía que él continuaría ahí hasta que se aburriera, luego se iría con la excusa de que tenía algo importante que hacer o yo solo me dormía y cuando despertaba él ya no estaba. Hablar con él ya no valía la pena por lo que apagué la lámpara y dejé que la Luna me diera claridad.

-Sabes que te odio mucho, ¿no?- me preguntó y puedo jurar que me he asustado. Él por lo general tenía un tono de voz potente y frío pero ésta vez fue como con odio y a la vez alguien roto.-¿Por qué a mí no me vinieron a salvar unos bonitos amigos?

Sé de lo que hablaba, era eso que tanto me costó superar pero que si no hubiera sido por Hoseok y Yoongi no lo hubiera logrado. Sería igual que él.