»Vainilla.

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Capítulo 7

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Él se había marchado dejándome pensando en sus palabras. ¿Tanta envidia me tiene para querer ser como yo?

Jeon salió de la cafetería y se veía algo preocupado.

-¿Qué ocurrió? ¿Por qué todos adentro miraban hacia ti?- cuestionó, mientras me tomaba por el brazo y caminábamos fuera de la vista de los demás.

-Estaba discutiendo con un amigo que pasó y alzamos un poco la voz, nada grave.- le mentí, sé que lo más importante es la sinceridad pero no podía decirle la verdad, no aún.

-¿Todo bien?- yo asentí, no había más que pudiera decirle. Él solo soltó mi brazo pero se veía aún preocupado.

Comencé a caminar y segundos después Jeon me siguió. A decir verdad no sabía a donde me dirigía, mi cabeza solo pensaba en que debería hacer. Quizás todo lo que amo salga lastimado por culpa de mi otro yo. Pensé que debería hacer un trato con mi otro yo para que dejase en paz a Jeon. Pero no sé si eso va a funcionar.

-¿A dónde vamos?- preguntó Jeon después de unos cuantos minutos de camino.

-No lo sé, ¿tienes alguna idea?- él asintió ante mis palabras y en menos de dos segundos su hermosa sonrisa se formó, jo-der.

-Conozco un lugar de por aquí que es muy bonito, vamos.- la sonrisa de su rostro no desapareció en ningún momento y me tomó del brazo rápidamente, arrastrándome a donde sea que quería ir.

Y es que no lo puedo negar, cada vez que Jeon me sonríe de tal manera siento como si mi corazón estuviera en una jodida carrera y la quiere ganar porque continua latiendo contra mi pecho durante un rato.

Lo miré. Él estaba delante de mí mientras tomaba mi brazo y me dirigía. El viento hacía que sus cabellos se echaran para atrás y los rayos del Sol iluminaban aún más su bonita piel blanca. Y podría jurar que ese cabello es sumamente sedoso; al igual que su piel.

Daría lo que fuera por poder pasar al menos la yema de mis dedos por su cabello o piel.

-¡Llegamos!- escuché como Jeon exclamaba y se detenía en seco, haciendo que chocara mi cuerpo con el suyo por no estar pendiente al camino.

-Lo siento.- él solo me miró, sonrió y entró rápidamente. Yo me fijé en la tienda desde afuera y lo comprendí, a Jeon le encantan las tortas. Entré y él ya estaba frente a la caja registradora mientras hablaba con una chica que parecía era la empleada en turno.

El lugar se veía sumamente cálido y acogedor. En las paredes pintadas de blanco con unas manchas violetas que hacían contraste con los cuadros que en ésta colgaban.

-¿Chocolate o vainilla?- preguntó de pronto Jeon mientras yo examinaba el lugar con mi mirada.

-Vainilla.- respondí casi sin pensarlo. A lo que el solo me guiñó un ojo y regresó su vista hacia la chica de enfrente suyo.

Fui y lo acompañé y me quedé a su lado esperando que trajeran la torta. Éste era un lugar a donde vienes con algún amigo; por lo general es con tu pareja, y decoras una torta a tu gusto y te la llevas a casa.

Junto a la torta nos dieron el permiso de utilizar todas las mesas que habían allí con todo tipo de decoración para la torta. Desde golosinas hasta crema y chocolate de distintos sabores y colores.

Yo ayudé a Jeon a llenar de crema la superficie de la torta. Él era el que me mostraba cada cosa y como se hacía.

-¿Vienes mucho aquí?- de la nada sentí curiosidad y quizás un poco de celos.

-Vengo solo, adoro la repostería pero mis padres no quieren que trabaje en cosas de medio tiempo.

-¿Y la cafetería?- cuestioné un tanto confundido.

-Ellos no lo saben.- murmuró mientras terminaba de difuminar toda la crema sobre la torta.

-¿Por qué te lo prohíben?- dudé un poco antes de preguntar eso pero al final terminé preguntando igual.

-Mis padres son de clase alta, Park.- y la espátula que tenía en mis manos cayó al suelo, no sin antes rozar la mano de Jeon y ensuciarlo.

Lo que mi otro yo había dicho era cierto.. Entonces, ¿Jeon está enamorado de mí? ¿Mi otro yo lo matará?

-Park, ¿todo bien?- la mano de Jeon pasó de lado a lado frente a mi rostro y ahí volví de mis dudas. Percatándome de la crema que había quedado en la mano de él debido a mi torpeza.

-Todo bien, deja que...- no dije más y tampoco resistí la tentación.

No importaba que allí hubieran dos parejas y una familia de tres yo solo llevé la mano de Jeon hasta mi boca y pasé mi lengua por las partes donde habían crema, sintiendo como él se tensaba rápidamente e hizo un reflejo de alejar su mano pero no lo hizo.

Cuando acabé, le miré a los ojos y sonreí antes de pasar mi lengua por mis labios con la intensión de limpiar algún residuo que hubiese quedado.

-Sabe bien la crema.- le dije, intentando romper la tensión del momento, era la primera vez que me acercaba tanto a él.

Nos quedamos en silencio mientras le echábamos de todas las golosinas que Jeon quisiera y al final regué chocolate en estado líquido sobre la torta.

-Iré por una caja para la torta.- dijo y se puso de pié yendo hacia la caja registradora a pedírsela a la empleada.

Le estuve mirando unos segundos, creo que yo también comienzo a sentirme en las nubes junto a él.

"Te lo quiere quitar, mira, le está coqueteando en tu propia cara."

Escuché tras de mí y podría jurar que me erizó la piel como lo hace mi otro yo. Miré a todos lados pero las personas de allí estaban muy lejos como para haber dicho eso en mis oídos.

Volví a mirar a Jeon y éste sonreía junto a la empleada muy animadamente.

"¿Cómo permites eso en tu propia cara? Ve allí y déjale claro que el chiquillo es tuyo."

Otra vez escuché la voz a mis espaldas.

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Malum »jikook«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora