»Llamaron.

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Capítulo 2.

Sí, justamente lo que veían mis ojos era lo que estaba pasando.

Mi otro yo estaba atacando a golpes a Yoongi. O sea, mi mejor amigo, mi hermano. Con quien he estado desde pequeño y nos hemos apoyado mutuamente.

¿Qué demonios estás haciendo, gemelo?

Fue lo primero que pasó por mi cabeza. Lo segundo fue, ¿por qué justo vine en éste momento?

Nunca le he puesto un dedo encima a Yoongi, nunca me imaginé a mi mismo pegándole a Yoongi y menos verlo frente a mí de esa manera. Tan débil e indefenso. Me entraron unas enormes ganas de correr e ir a pegarle a mi otro yo, ¿quién se creía para pegarle a mi Yoongi? Pero mis piernas no reaccionaban, solo podía ver la expresión de dolor en la cara de Yoongi y la furia en mi otro yo.

—¡Jimin!

Escuché mi nombre a lo lejos, sabía que era la voz de Yoongi, los gritos de Yoongi. Y me sentí aún más impotente, mi amigo quería que lo ayudara.

—¡Joder, Jimin! ¡Jimin!

Volví a escuchar la voz de nuevo, ésta vez más cerca. Y se volvió a escuchar, aún más cerca. Era tan cerca que parecía real y vi como mi otro yo detuvo los golpes que le proporcionaba a Yoongi y miró su alrededor, buscando la misma voz que yo escuchaba. Entré en pánico y cerré mis ojos rápidamente.

Cuando los volví a abrir estaba en el baño y un enojado Yoongi me miraba desde el marco de la puerta.

—Llevo minutos llamándote, ¿qué hacías?

—Na-da...—tenía miedo, seguía en shock debido a lo ocurrido hace un momento.— ¿Para qué viniste?

—Nada, llamaron preguntando por ti. Supuestamente dejaste tu cuaderno en una cafetería o algo así.

—¿Quién llamó?

—Un empleado, dijo que te dejaste tu cuaderno.—dijo Yoongi con una expresión rara en su rostro, seguro no entendía que me ocurría. Lo saqué de mi habitación a empujones y cerré la puerta.

Me sentía confundido. No comprendo exactamente con qué propósito fue que descubrí ese otro mundo.

¿Con qué razón estaba mi otro yo golpeando a Yoongi? ¿Cómo mi otro yo pudo escuchar también la voz de Yoongi? ¿Será que Yoongi también conoce ese mundo?

Me senté en la orilla de mi cama mientras pensaba en todo, esto es algo irreal.

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9:32 AM marcada el reloj, era hora de despertar si no quería que Yoongi entrara por la puerta con su equipo de música a interrumpir mi sueño.

Luego de unos minutos que tomé estirándome, caminé al baño a cepillar mis dientes. Pero antes de llevar a cabo dicha acción volví a recordar lo que sucedió ayer en ese lugar. La verdad, no quería darle más importancia, no planifico regresar allí.

Cepillé mis dientes y me coloqué una ropa cómoda, estaba listo para ir a la cafetería a buscar mi cuaderno. Así de paso quizás aprovechaba para desayunar.

Mientras caminaba por las calles transitadas, saqué mi móvil y le conecté los audífonos, reproduciendo Ma city, una de mis canciones favoritas.

Divisé la cafetería rápidamente y seguí mi camino hasta llegar a ella, entrando. Lo primero que hice fue repasar el lugar con mi mirada y lo vi, allí en la esquina del local estaba el chico que trabaja aquí. Sin pensarlo mucho; a decir verdad lo hice impulsivamente, fui hasta la mesa donde él estaba y me senté.

—Vine aquí buscando un cuaderno perdido, ¿sabes algo sobre él?—cuestioné una vez me había sentado, él alzó su mirada y miró mi rostro detenidamente antes de responder.

—Sí, eres... ¿Park?—la voz, joder su voz. Tan dulce que sería imposible compararla con alguna gominola.

—Sí, ¿y tú eres?—por impulso lo hice, nuevamente. Solo quería saber un poco más sobre él.

—¿Yo?—se rió ante su propia pregunta. Otro cachetada para mí, su sonrisa.— Soy Jeon.

—Un gusto.—mostré todos mis dientes en una amplia sonrisa.

—El gusto es mío. Aquí tu cuaderno, perdona mi atrevimiento pero leí un poco.—a medida que hablaba su tono de su voz era más bajo, como si sintiera vergüenza por lo que decía.

—No pasa nada, ¿te gustó lo que leíste?—asintió efusivamente ante mi pregunta y me fue inevitable sonreír, parecía un niño pequeño.—Pues la próxima vez que nos veamos te traeré algunas páginas para que leas, ¿te parece?

—¡Sí! Eso sería genial.—listo, ya he conseguido volver a encontrarme con éste chico tan mono.

—Pues nos veremos en otro momento, debo irme ya.—me levanté de la silla y él igual lo hizo, despidiéndose de mí mientras agitaba su mano.

No quería irme, para nada. Pero recordé que dejé el baño de mi cuarto sin el pestillo y esto podría ser peligroso para Yoongi. Además no había visto a Yoongi en la mañana y tampoco me había explotado el celular con mensajes, algo raro en él.

Una vez llegué a la casa había un silencio por todos lados, seguro Yoongi está metido en su mundo escribiendo hasta más no poder. Fui hasta donde su habitación y toqué la puerta varias veces pero no recibí respuesta.

Puede que lleve sus audífonos, me atreví a entrar, seguro se enojaba y me sacaba a patadas pero era necesario.

Mis ojos se abrieron como platos de inmediato y las palabras no lograban salir de mi boca, solo balbuceaba.

Yoongi... ¿Qué ocurrió?

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Malum »jikook«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora