Malum »jikook«

» Te quiero.

Capítulo 10

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-Jungkook soy yo, Park. Por favor abre, ¿qué ocurre? - tocaba la puerta desesperadamente, esperando una respuesta.-Me estás preocupando mucho, anda, sal.

Luego de haberle suplicado durante un rato más finalmente la puerta se fue abriendo de a poco y él salió, cubriendo su mano. Ni siquiera me miró a los ojos pero las lágrimas aún recorrían sus mejillas. Intentaba buscar su mirada pero era inútil, él continuaba mirando el suelo, por unos segundos lo imité y vi gotas de sangre en el suelo entonces fue cuando me di cuenta de que su camisa blanca tenía una gran mancha roja.

-Tu mano, ¿qué le ha pasado?- exasperado, le tomé del brazo y vi el corte que tenía en el dedo índice. Se veía bastante profundo.

-Fue un error en la cocina con mi compañero, nada grave.- sé que intentaba tranquilizarme pero no lo haría, la sangre que salía de la herida me ponía aún más alterado.

-No, vamos ahora mismo al hospital.- le arrastré fuera de la cafetería. A la mierda mi café, a la mierda su turno. Le obligué a subirse al taxi aunque insistía en quedarse trabajando y fuimos hasta el hospital más cercano.

Una vez allí las enfermeras le atendieron rápido pues había perdida de sangre.

-Debes tener más cuidado.- le dije mientras la enfermera en guardia acababa de vendar el área suturada.

-Siempre tengo cuidado, solo fue un error.

A JungKook le dieron el alta y decidimos continuar el camino caminando. Él había dicho que su casa quedaba cerca de allí.

Mientras caminábamos, ambos íbamos en silencio pero yo continuaba con la duda de si me había perdonado o ésta sería la última vez que nos veríamos.

-Jeon...

-Jungkook, ya era tiempo de que supieras mi nombre.- murmuró sin ni siquiera mirarme.

-Jungkook, yo...- interrumpió mis palabras para volver a hablar.

-Jimin, sobre eso quería decirte algo muy importante.- detuvo el paso y le imité, girándonos para quedar frente a frente.- Lo he pensando y sé que eres una persona hermosa, con unos valores y sentimientos increíbles. Quiero confiar en ti y no quiero alejarme de tu vida.

Yo la verdad no me esperaba tal confesión de su parte y como si fuera poco que haya decidido continuar junto a mí.

-JungKook, gracias.- murmuré y me acerqué por completo a él para rodearle en un abrazo.-No tienes idea de cuan feliz me haces, te prometo que no haré más que hacerte feliz.

-Sé que será así Jimin, te quiero.- su voz se escuchaba conmovida. Me separé unos centímetros de él y miré sus ojos luego sus labios y nuevamente sus ojos esperando que me diera el permiso y lo hizo. Entonces uní mis labios a los suyos en un lento beso que me correspondió.

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Los días fueron pasando y mis visitas a la cafetería se hacían cada vez más frecuentes. A veces iba a ver a Jungkook y otras pasaba por él y teníamos una salida juntos.

La cosas iban bien entre nosotros pero había algo que no y eso era el trabajo de Jungkook. Desde la vez que se cortó el dedo por error continuaron ocurriendo más sucesos extraños en la cafetería.

Tanto así que uno de los días que fui le vi derramar lágrimas nuevamente.

-¡¿Eres inútil o qué, Jeon?! ¿Cómo dejas caer la vajilla? ¿Tienes idea de cuan valiosa es?- el jefe del lugar le gritaba descaradamente frente a todos.

-Lo siento muchísimo señor. Yo pagaré por la vajilla.- se disculpaba JungKook, mirando el suelo.

-¿Pagar? Nunca en tu cochina vida podrás pagar lo que vale ésta vajilla. Muevete y limpia los pedazos antes de que se rieguen más.- y JungKook asintió ante esa orden y buscó la escoba y un recogedor para dejar el suelo sin residuos.

Yo aún permanecía desde lejos y vi como una lágrima se deslizó por su mejilla, luego otra y otra. Me sentí tan mal, tan impotente. Él no tenía por qué estar ahí y mucho menos soportar que lo tratasen de esa manera. Seguro tenía dinero de sobra para comprar esa cafetería.

Esperé a Jungkook fuera de la cafetería hasta que su turno terminó y lo primero que hice fue darle un fuerte abrazo. Comenzaba a no estar de acuerdo que trabajase aquí si no le era realmente necesario.

Esa tarde lo llevé a mi casa, hacían ya varías semanas que no aparecía mi otro yo por lo que me sentía seguro en casa.

-Tu casa es grande, ¿vives solo?- preguntó tan pronto comenzó a mirar el lugar.

-Vivía con un amigo pero por algunos asuntos se marchó.

-Ahh, entiendo.- murmuró mientras se paseaba por la cocina.-Definitivamente éste es mi lugar favorito de la casa.

-¿Seguro?- pregunté, arqueando una ceja mientras mostraba un media sonrisa. A lo que él asintió y sonrió.

Jungkook se quedó en mi cocina, jugando con todos los alimentos que encontraba en la nevera o gabinetes. Mientras yo le veía desde atrás con ésta única sonrisa estúpida que tenía desde que le conocí.

En eso sonó el timbre, había visita pero, ¿a éstas horas? Tuve miedo, no lo puedo negar. Fui y abrí la puerta esperando lo peor pero solo me encontré con Hoseok y su gran sonrisa. La cual se borró en el momento en que vio a Jungkook venir a mi lado.

-¿Quién es él?- preguntó Jungkook en un susurró que seguro solo escuché yo.

-Mi amigo. Hoseok él es Jungkook, Jungkook él es Hoseok.- los presenté y ambos se dieron un apretón de manos. Ingresando Hoseok luego a la casa.

Una vez estuvimos los tres en el sofá fue que Jungkook y Hoseok comenzaron a tomar confianza. Era tanta que hasta intercambiaron sus números de teléfonos celulares.

Me excuse un momento para ir al baño y cuando salí me encontré a Yoongi sentando sobre mi cama.

-¿Qué haces aquí? Tú... - le miraba y le miraba y no podría decir si era mi Yoongi o no.

-Llevo horas aquí y no, no soy tu Yoongi. Solo vine a advertirte.

-¿Sobre qué?- me vi interesado pues lo que sea que viniera a decir éste hombre me serviría de mucha ayuda.

-Jimin está planificando lo peor, no podrás manejar esto...- las palabras de Yoongi se quedaron en el aire y como si fuese un acto de magia o más bien uno de terror; algo completamente invisible lo arrastró directo al baño mientras apretaba su cuello y en eso logró gritar algo antes de que la puerta se cerrara fuertemente.- ¡Refuérzate!

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Muchas gracias por los votos y a esas pocas personas que apoyan ésta historia.
Besos. 😘