Capítulo 6: Me estoy volviendo loco

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A la mañana siguiente aun tenia la sensación de que vi a ese tal Rubén , era el si o si, no había mucha mas gente como para confundirle, estaba no muy herido pero yo diría que le costaba respirar y murmuraba yo en voz alta sobre el tema, a veces me gritaba Mike porque le irritaba que hablase de lo mismo, sabiendo que me llamaba de loco.
Pasaron las horas y la verdad, soñaba despierto que estaba encerrado en un ataúd y no conseguía salir y me asfixiaba con los minutos y recuerdo que al estar comiendo ese día Laura me tuvo que dar unos golpes en el hombro porque estaba en trance y grite «¡¡sacadme de aquí!!».
En ese día volvimos a la celda y estaba todo el rato Mike pinchando me y haciéndome de rabiar
«¿que pasa Liu? ¿Has recibido ya el SMS de Dios diciéndote que ha aparcado y mañana interrumpe la comida para irte con él ?». No se cuales son sus motivos pero ya me empiezan a enfadar.
A la mañana siguiente, Mike me seguía cabreando respecto a insultar a mis creencias, sobretodo esa noche ya que me vio rezando.
Nos fuimos a comer y volvió a hacer mas de sus bromas, ya se estaba pasando demasiado, no entendía nada, no sabia porque lo hacia, hasta que...
Estuvimos a la vuelta de la segunda comida y me cabreo tanto ya que en mitad del pasillo con todos los guardias y todos los presos, le cogí del cuello de la camisa y le empecé a golpear la cara hasta dejarle moratones, lo raro de todo esto, es que él no se defendió ni nada, tan solo recibió los golpes cual saco de boxeo, claro esta, los guardias no tardaron mucho en reaccionar. Pero tuve tanta ira en mis manos que le empuje a la barandilla y se callo al primer piso con su espalda clavándose en el suelo tras unos segundos, eran uno o dos metros de altura, no podría haberle matado pero aun así me temblaban las manos al ser consciente de mi locura.
Minutos después, los enfermeros recogieron a Mike del suelo mientras los presos (entre ellos Laura) le miraban aterrados.
Después de aquello, nos encontramos Mike y yo en la enfermería de nuevo pero esta vez era él el que estaba en camilla, de su nariz salia sangre aun. Vino un enfermero y dijo...
-Mike, has tenido mucha suerte, no te has roto nada ni has sufrido muchas lesiones, tan solo unos moratones. - dijo el enfermero tranquilo.
- vale, estupendo - Dijo Mike mientras intentaba levantarse.
La reacción del enfermero fue en agarrarle para que no se levante ya que no estaba en condiciones.
Yo fui a hablar con el jefe de la cárcel para explicar el porque de los golpes y del accidente, tan solo me grito y me advirtió de las consecuencias la próxima vez y bla bla bla...
Volví a mi celda mas preocupado por Mike que por el jefe de la cárcel, pasaron los minutos y pensé... «y así se sentía siempre Mike... solo».
A la mañana siguiente después de comer vino a la celda y me dijo «Liu, he visto a ese Rubén...»

Locura EncarceladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora