Locura Encarcelada

Capítulo 12: Por fin deja de llover

Estuvimos minutos ahí encadenados ... con frío y con escalofríos entre muchas mas cosas, entre esas, hambre.
Mike se tumbo dándome la espalda y acurrucado como un recién nacido y suplicando entre temblores una manta. yo tenia quizás mas frío que él pero me distraía verle con ese comportamiento tan extraño en él, aquí había algo mas que un simple fallo.
después de despertar de intentar dormir... nos despertaron las piedras de los presos cayendo sobre nosotros, nos pusimos de pie y lo mas rápido que pudo, Mike cogió uno de los pedruscos que nos lanzaron e iba a lanzarlo de vuelta a uno de esos matones, y cuando levanto su puño con la enorme piedra un guardia silbo mientras le apuntaba con el arma a Mike... sin dejar de mirar el fusil, dejo caer la piedra sobre la madera. y por supuesto, con una cara de odio.
Se puede decir que esas no eran nuestros mejores despertares.
Cuando se fueron todos de nuevo a las celdas vino el director acompañado con sus guardias.
los guardias nos rodearon y nos quitaron las esposas que nos agarraban al suelo. mientras nos preguntaba si el castigo fue motivo suficiente para dejar de investigar sitios que no debemos meternos y que si sucede de nuevo seremos la cena de los presos...
ninguno de los dos mirábamos al director y al quitarnos las esposas, nos dieron las camisas y nos enviaron de nuevo a las celdas susurrando Mike entre dientes pidiendo su cuchillo.
y al ir de vuelta a la celda, me apetecía estar ahí y no salir. Nadie se puede imaginar lo duro que es estar en una madera fría y con la lluvia imponiéndote dormir y junto los truenos de la noche.
Pero la pesadilla aún no había terminado, nos pusieron una nota en nuestras camas, advirtieron de lo que nos pasaría la siguiente vez...
y de repente, Mike al leer su casa. Saltó preguntando por Laura y... Rubén...
se ve que cuando ya ha estado tranquilo, ha pensando en los demás, creo que temía morir y el temor a la muerte le ha echo estar tan raro, supongo que ya se pondrá mejor, y aunque yo estaba asustado, me sentía junto a él, muy protegido...